¿Aparece una grieta grave en el hermoso edificio de física de partículas? Más específicamente, ¿ha fallado por primera vez la teoría actual, conocida como el modelo estándar, que hasta ahora describía perfectamente todos los fenómenos de lo infinitamente pequeño? El experimento internacional LHCb, instalado en el CERN en Suiza en el acelerador de partículas subterráneo del LHC, acaba de publicar la imagen más precisa de un índice que apunta en esa dirección.
Pero, ¿es solo el yeso el que se agrieta o la pared misma que se mueve? Es demasiado pronto para decirlo, porque estos resultados también podrían explicarse por casualidad: tomar una sucesión anormal de dos seis no significa necesariamente que los datos estén cargados. “Existe una posibilidad en 1000 de que nuestro resultado siga siendo totalmente compatible con el modelo estándar”, confirma Chris Parkes, portavoz de LHCb, quién resumió sus conclusiones durante una conferencia remota en el CERN, el martes 23 de marzo.
Por lo tanto, los investigadores observaron una anomalía en su detector de 20 metros de largo y 4.500 toneladas. El acelerador del LHC impulsa violentamente los paquetes de protones, los principales componentes de la materia ordinaria, unos contra otros. Entre los restos, en 2012, el CERN había identificado el bosón de Higgs, la última partícula en completar el Modelo Estándar. Pero se producen otras partículas. Algunos, llamados mesones, pueden descomponerse en otras partículas que indica el experimento LHCb.
Y, aún más raramente, del orden de una en un millón de colisiones, uno de estos mesones puede desaparecer de una manera particular. Ya sea emitiendo un par de electrones y anti-electrones. O un par de muones y antimuones (un primo del electrón dos veces más pesado).
“Universalidad de Lepton”
El modelo estándar predice que estos dos destinos son igualmente probables y los expertos dicen “Universalidad leptónica” (electrones y muones pertenecientes a la familia de los leptones). Pero la experiencia demuestra que el primero es un 15% más frecuente que el segundo … Y esta diferencia, de confirmarse, solo se puede explicar añadiendo nuevas leyes, nuevas fuerzas o nuevas partículas, completamente fuera del marco actual. Entonces, serían los cimientos los que se moverían.
“Estoy cautelosamente emocionado”, resume Chris Parkes, quien recuerda que otros experimentos como BaBar en Estados Unidos, Belle en Japón, u otros experimentos del CERN, Atlas y CMS, ya han encontrado pistas en la misma dirección, aunque menos precisas. “Es más una satisfacción que una emoción, porque de hecho estos resultados van en la dirección de otros datos, recuerda Sébastien Descotes-Genon, subdirector del Laboratorio de Física de los Dos Infinitos Irène-Joliot-Curie (Orsay). Pero, con esa precisión, es posible que se haya cruzado un umbral psicológico. “
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