Durante un control el pasado fin de semana, la policía sorprendió a unas 60 personas en un burdel subterráneo, en la frontera franco-española, cerca de Jonquère (Cataluña).
Hacia las 19.30 horas, la policía francesa y los Mossos d’Esquadra entraron en el burdel. Abajo, encontraron un restaurante secreto, donde los clientes comían acompañados de dos prostitutas.
Después de vagar por las habitaciones, la policía contó 21 prostitutas y cuarenta clientes, dice Francia Azul. Las trabajadoras sexuales fueron interrogadas por la policía sobre las condiciones para el ejercicio de su profesión, a fin de verificar que no eran objeto de “explotación sexual”.
FRANCÉS ILEGAL
19 clientes franceses han sido detenidos por cruzar ilegalmente la frontera, mientras que Cataluña ahora prohíbe todos los viajes excepto para pruebas.
El burdel era un antiguo hotel que había sido renovado, en una ciudad conocida por el turismo sexual y sus numerosos clubes de neón.
Si Cataluña permite la prostitución, ha impuesto el cierre de burdeles desde el 21 de agosto. Los burdeles no se consideran lugares “esenciales”.
A pesar de la prohibición, algunos establecimientos están intentando resistirse. Muchas prostitutas catalanas se encuentran hoy en día en una situación económica difícil, debido a la falta de acceso a los sistemas asistenciales.
Para ver también:
“Organizador ávido. Evangelista de tocino amigable con los hipster. Amigo de los animales en todas partes. Emprendedor”.