Luego de una interrupción de 17 meses debido a la pandemia Covid-19, un primer crucero zarpó este sábado en Venecia, lo que generó polémica entre partidarios y opositores de la presencia de estos monstruos marinos en la famosa laguna italiana.
Los dos campamentos se manifestaron cada uno por su cuenta para defender sus posiciones: mientras la enorme silueta de la MSC Orchestra se asomaba en la Plaza de San Marcos, los manifestantes que ondeaban pancartas de “No a los cruceros” gritaban su oposición a bordo de pequeñas lanchas a motor. “Los cruceros representan un turismo vertiginoso, que en realidad aporta pocos beneficios a Venecia”, dijo un manifestante.
Protección del ecosistema frente al empleo
Los defensores del medio ambiente y del patrimonio cultural acusan también al gran oleaje que generan estos barcos, de varios cientos de metros de largo y varios pisos de altura, de erosionar los cimientos de los edificios de la Serenissima, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y poner en riesgo el frágil ecosistema de tu estanque. También en cubierta, los partidarios de los cruceros, unidos en el movimiento de las “obras de Venecia”, destacan los numerosos puestos de trabajo que su presencia generaría para Venecia, cuya economía se basa fundamentalmente en el turismo, al que afectó especialmente durante la pandemia.
El MSC Orchestra, que llegó vacío el jueves desde el puerto griego de El Pireo, partió con alrededor de 650 pasajeros, que tuvieron que presentar una prueba negativa en menos de 4 días y pasar una nueva prueba para poder embarcar. Los turistas cumplieron voluntariamente los estrictos procedimientos de seguridad establecidos, diseñados para evitar que los barcos se conviertan en verdaderas casas de viaje, como ha sucedido en varias ocasiones.
“Contribución”
MSC Orchestra solo puede abordar un total de la mitad de su capacidad de 3.000 pasajeros para cumplir con las medidas anti-Covid. Debe hacer una parada en Bari (sur de Italia), Corfú (Grecia), Mykonos (Grecia) y Dubrovnik (Croacia). Durante su escala de dos días en Venecia, el barco fue reabastecido por su personal de a bordo, quien también aprovechó para perfeccionar los protocolos de seguridad que rigen la vida cotidiana de estos gigantes de los mares.
“Estamos felices de poder contribuir al relanzamiento de esta ciudad que tanto ha sufrido en estos 17 meses”, comenta Francesco Galietti, director de la Asociación Internacional de Empresas de Cruceros (CLIA). “En un año, el sector perdió una gran cantidad de pasajeros, alrededor de 800 mil, lo que significa una pérdida de alrededor de mil millones de euros para la economía”. El debate sobre la presencia de los gigantes de los mares no se limita a Venecia y siempre ha tenido una dimensión internacional, debido a la notoriedad de este destino turístico, uno de los más populares del mundo.
Carta abierta
El martes, multitud de artistas internacionales, desde Mick Jagger a Wes Anderson pasando por Francis Ford Coppola y Tilda Swinton, enviaron una carta abierta al presidente italiano Sergio Mattarella, al primer ministro Mario Draghi y al alcalde de Venecia para pedir entre otros una “parada permanente”. ”Del tráfico de cruceros.
Esta carta, titulada “Un Decálogo para Venecia”, también firmada por la exministra francesa de Cultura, Françoise Nyssen, pide una mejor gestión de los flujos turísticos, la protección del ecosistema de la laguna y la lucha contra la especulación inmobiliaria, para proteger “la integridad física pero también la identidad cultural “de la Ciudad de los Doges.
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