Los hijos de Homún, una pequeña comunidad maya en la península de Yucatán, han sido un tema candente últimamente. El 20 de mayo, la Corte Suprema de México les otorgó una importante victoria contra una granja de cerdos en su aldea. Los jueces confirmaron por unanimidad la suspensión permanente de actividades en la granja, que albergaba a decenas de miles de cerdos. Los jóvenes vecinos de Homún convencieron al Supremo Tribunal Federal de que sus derechos a la salud, aire limpio, agua no contaminada, un medio ambiente sano, en definitiva, una vida digna, deben primar sobre los intereses de las empresas porcinas.
pozos sagrados
Los niños, designados como representantes de la comunidad, ganaron así la batalla por el agua. Y no cualquier agua … La comunidad de Homún está ubicada en el corazón del “anillo de los cenotes”, una miríada de cuevas y pozas naturales que riegan la región y son una fuente de ingresos para sus habitantes a través del ecoturismo. Los lugareños sirven como guías para que los visitantes exploren estos lugares y se bañen en sus mágicas y reflectantes aguas. Para los antiguos mayas, los cenotes eran pozos sagrados. En el mundo de las convenciones ambientales, el anillo de cenotes es un sitio Ramsar, la lista de humedales de importancia internacional.
La enorme granja porcina debería extraer de estas reservas la gran cantidad de agua necesaria para su funcionamiento. En Yucatán, estas fincas están proliferando: 120 de ellas están ubicadas en áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad, según la organización Greenpeace.
principio de precaución
La finca de Homún produciría una montaña de excrementos: unos 270 millones de kilogramos de excrementos y orina al año, que se filtrarían al suelo y contaminarían el agua de los cenotes. En 2018, cuando las primeras nubes pestilentes de la granja invadieron el pueblo, los residentes se movilizaron. Seis niños, sus madres y una organización ambiental interpusieron recurso de apelación en un juzgado de Yucatán, que falló a favor de los demandantes según el principio de precaución: no es necesario esperar la reacción de un desastre ambiental. Se suspendieron las actividades agrícolas. La Corte Suprema confirmó esta decisión.
“Seis niños contra 49.000 cerdos”, es el titular de la periodista Karla Casillas, quien difundió la historia del pueblo de Homún y publicó extractos de sus cartas a campesinos y jueces. “Te pido que saques a los cerdos de nuestro pueblo, para que los cenotes estén limpios, para que no se enfermen …” Le ruego una de esas misivas.
Niños que derrotan a los criadores de cerdos: la historia es como un cuento de hadas. Sin embargo, en Homún hay niños, probablemente más de seis, que vigilan el aire que respiran y el agua en los cenotes. Y la justicia los escuchó.
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