“The Falling Stardust”, traducido como “Star dust”, es una pieza interpretada por la compañía Käfig compuesta por 9 bailarines. Todos proceden de distintos campos coreográficos, es decir, de distintos planetas. Clásico, contemporáneo, hip-hop, posturas y ritmos muy diferentes. Eso es exactamente lo que interesa a la coreógrafa Amala Dianor en este espectáculo, el encuentro. Los protagonistas son similares pero no hablan exactamente el mismo idioma, ¿cómo convivirán en el set?
escenografía satelital
Sobre los bailarines, una estructura de cristal suspendida imbuye a la sala de un telón de fondo cósmico. De hecho, el escenógrafo Clemente Debras creó para el espectáculo una maraña de material oscuro que cuelga sobre el escenario como un meteorito a punto de caer. La intensidad aumenta, aparecen puntos brillantes y la estructura hace que la ciencia ficción distópica seductora flote en la habitación. Este “décimo bailarín”, como lo llama el coreógrafo, es una parte integral del espectáculo, haciéndose eco de su título “The Falling Stardust”.
Un paisaje sonoro hipnótico
En el escenario, los bailarines se encuentran, conocen, reconocen y domestican. Viniendo de mundos lejanos, pero tan cercanos, se evalúan a sí mismos a través de diferentes coreografías, como si se estuvieran desafiando. Aliados o enemigos, socios en la misma lucha o némesis, depende del espectador decidir. Bajo el yugo de un meteorito suspendido, los protagonistas de esta pieza futurista aprenden de los demás cómo transmitir mejor. Diagonales, arabescos, puntas o planos, los movimientos de los bailarines son puntuados por los acordes eléctricos del compositor Awir Leon.
Una creación suspendida en el tiempo, interpretada por bailarines (¿o deportistas?) Expertos en su campo. ¡Ver sin duda!
Para seguir las próximas creaciones de Amala Dianor Así es.
→ Programación Grand T – 2021/2022
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