Por lo general, es bastante tradicional tomar unas cervezas cuando estás en un estadio de béisbol. A menos que uno esté oficiando como árbitro.
Así sucedió en México durante el partido entre los Venados de Mazatlán y los Mayos de Navojoa, por la Liga del Pacífico. Huberto Saez había abusado un poco de su trago antes de aceptar el servicio. Después de varios escándalos, se le pidió que abandonara el campo. Resistió un poco antes de seguir a los funcionarios del estadio Teodoro Mariscal.
Realmente no tenía la opción de cumplir las órdenes, ya que el servicio de seguridad lo agarró del brazo y lo empujó por la espalda. Despedido en debida forma!
Un dedo de honor al público
Ante esta intervención, diversos hechos y gestos sugerían que el árbitro estaba “borracho”. Empezó atacando a los jugadores y a los entrenadores. Durante estas peleas, los miembros de ambos equipos pudieron detectar claramente un fuerte olor a alcohol.
Luego, como si no hubiera hecho lo suficiente, el pícaro atacó directamente a los fanáticos, mostrándoles el dedo medio. Según los medios locales, finalmente fue detenido para recuperar la sobriedad.
Lo siento en las redes sociales
Una vez recuperado, fue un sentimiento de vergüenza -o quizás de sus patrones- lo que motivó a Huberto Sáez a disculparse en las redes sociales: “Quiero decirles a los hinchas, funcionarios, árbitros, periodistas de la Liga Mexicana del Pacífico, de Por supuesto a mi esposa ya mis hijos, que estoy arrepentido y avergonzado de lo que ha pasado. No debería haber hecho gestos a jugadores y espectadores. No solo me hice algo escandaloso a mí mismo, sino que se reflejó en todos mis compañeros y en la Liga Mexicana del Pacífico, quienes sin embargo confiaron en mí. No soy digno de esa confianza”.
(Lo esencial / Claude-Alain Zufferey)
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