«Cada vez que creemos ver el final del túnel, se hace más largo”: dos años después del inicio de la pandemia, el doctor Rafael Mañez, jefe de la unidad de cuidados intensivos de un gran hospital de la región de Barcelona, ya no se atreve a hacer pronósticos. Si suele provocar síntomas menos graves que Delta, la variante Omicron, mucho más contagiosa, ha vuelto al servicio de este médico del Hospital Universitario de Bellvitge, uno de los más importantes de Cataluña (noreste de España). Casi todas las camas (40 de 44) están ocupadas por pacientes de Covid.
Cataluña, una de las regiones más pobladas del país (7,7 millones de habitantes), es actualmente una de las más afectadas por la nueva ola de la epidemia, la sexta de España. Más del 42% de las camas de cuidados intensivos están ocupadas por pacientes de Covid, el nivel más alto de España, donde la media ronda el 23%.
El ritmo nunca disminuye en la unidad de cuidados intensivos de esta instalación, donde el personal debe apresurarse para atender a un paciente con dificultad respiratoria. Cerca del 40% de los pacientes allí tratados no están vacunados, en un país que, sin embargo, es un campeón de la vacunación en Europa, con más del 90% de los mayores de 12 años vacunados. Un perfil de paciente que no siempre es fácil de gestionar. “Son pacientes que niegan la enfermedad e incluso niegan el tratamiento“, subraya Santiago Gallego, jefe de enfermería de cuidados intensivos.
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