El Galaxy Tab S8 está equipado con un panel LCD de 11 pulgadas, que se muestra a 1600 x 2560 píxeles y ocupa aproximadamente el 84 % de la parte frontal. Es posible elegir entre un modo de actualización dinámica oscilante de 60Hz a 120Hz o estar bloqueado a 60Hz para ahorrar batería.
Al igual que con el modelo anterior, Samsung decidió reservar el Oled para su Tab con el sello “+”. Sin embargo, esta opción le brinda una buena autonomía (ver más abajo) y esta pantalla LCD está muy bien hecha. El brillo máximo alcanza los 537 cd/m², lo que lo hace fácilmente legible incluso en lugares con mucha luz. Este valor cae a un mínimo de 6,3 cd/m², que es más alto que el promedio, pero tampoco daña la vista en la oscuridad. La reflectancia se ubica en 47.9%, que todavía es un poco demasiado alta. Una constante en los estantes, a pesar de algunas raras excepciones en Apple.
La relación de contraste es de 1364:1, el retraso táctil es de 62 ms y el tiempo de brillo posterior es de aproximadamente 17 ms.
Fuera de la caja, el panel muestra un delta E de 3 y una temperatura de color de 7135 Kelvin. Por lo tanto, el conjunto parece un poco demasiado frío. Un paso por el modo “Natural” permite encontrar un delta E de 2,1 y una temperatura de 6900 K, valores más cercanos al estándar de vídeo (6500 K). Observamos pequeñas desviaciones en azul y verde, que alcanzan un delta E de 5,5 y 4,7 respectivamente. Los demás colores están contenidos bajo un valor de 3, el límite de desviaciones perceptibles al ojo humano. La Galaxy Tab S8 aún se lleva la quinta estrella en la racha y es muy agradable de usar en el día a día.
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