Recuerde que la gran mayoría de los virus son exclusivos de una especie. Pero con la cantidad de virus circulante, este dejó, a lo largo de todas las épocas, un elevado número que, por casualidad de mutación, llegó a ser susceptible de ser transmitido a otra especie. Y a veces para nosotros. El nombre aprendido es zoonosis: una enfermedad infecciosa que pasó de los animales a los humanos. La pandemia de COVID-19 es una zoonosis, aunque todavía no estamos seguros del animal de origen.
Al cambiar de territorio, un animal puede, por lo tanto, cruzarse con un animal con el que nunca se habría encontrado antes. ¿Aumenta las posibilidades de transmisión de enfermedades entre especies? Sí, responden los investigadores que han construido un modelo matemático de 3.139 especies de mamíferos y los 40.000 virus -conocidos hasta la fecha- de los que son hospedadores, así como sus movimientos actuales y probables en los próximos 50 años. Su conclusión es que, en los próximos 50 años, podemos predecir 4.500 circunstancias en las que un virus, o incluso varios virus, podrían “saltar” de una especie a otra. Artículo fue publicado el 28 de abril en la revista Naturaleza.
Hasta ahora, los biólogos interesados en esta cuestión habían ido allí virus por virus: sobrevivirá a tal o cual cambio ambiental si tiene mutaciones que lo hagan capaz de “saltar” a otra especie.
Sin embargo, es con la dimensión del problema – estas 4500 posibilidades – que una señal de advertencia para los humanos. Cuando los investigadores observaron hacia dónde, en 50 años, habrían migrado estas especies problemáticas, descubrieron que la gran mayoría eran áreas donde nuestras ciudades se están expandiendo. Por ejemplo, nota sobre New York Times El ecólogo patólogo Gregory Albery, coautor del estudio, un pequeño roedor que hasta entonces tenía poco contacto con los humanos, podría transmitir su virus a un mapache que vive cómodamente en zonas urbanas.
De hecho, ya ha comenzado, pues las cifras del siglo pasado revelan que el 60% de las nuevas epidemias que nos han afectado son zoonosis. Resultado probable de contactos sin precedentes, en el siglo XX, entre humanos y ciertas especies animales, como los murciélagos en el sudeste asiático.
De hecho, señalan los investigadores, existe preocupación por el impacto de estos nuevos virus en humanos, pero no hay que olvidar que, para una población animal ya de por sí frágil, un nuevo virus contra el que su sistema inmunitario no está preparado puede tener efectos devastadores. efecto. impacto.
El periodista Ed Yong usa la palabra “pandemiceno – Habríamos entrado en una “era pandémica”, en la que un gran número de nuevos huéspedes transmitirán virus antiguos y quizás incluso nuevos. Esta situación fue creada por la colisión entre dos de los impactos que el ser humano tiene sobre la naturaleza: el cambio climático y la pérdida de hábitats para la vida silvestre. Y esta situación, concluye Yong, está en la encrucijada de tres de nuestros miedos existenciales: “el cambio climático, las pandemias y la sexta extinción masiva” de la vida en la Tierra. “Estos tres miedos son en realidad el mismo megaproblema. “A medida que salimos de una pandemia, advierte, haríamos bien en no subestimar la importancia de una mejor prepárate para el próximo…
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