Todo el mundo conoce el gecko en Reunión. O más bien, el margouillat, como lo llaman aquí. Y su extraordinaria habilidad para moverse boca abajo, pegado al techo.
Científicos estadounidenses lograron desentrañar este misterio. Se sabe desde hace varios años que las puntas de las patas de los geckos están provistas de millones de sétulas, pelos elásticos microscópicos, dispuestos en un orden determinado y terminados en forma de espátula.
Esta microestructura permite que el margouillat siga la forma de la superficie sobre la que se mueve.
Investigadores del NIST (Instituto Nacional Estadounidense de Estándares y Tecnología), por su parte, descubrieron mediante un microscopio de rayos X que las sétulas y sus espátulas estaban cubiertas por una película grasa de un nanómetro de espesor, una mil millonésima parte de un metro.
Estos lípidos, que protegen los tejidos contra la deshidratación, también pueden jugar un papel clave gracias a su carácter hidrofóbico. Al repeler cualquier molécula de agua, proporcionarían a las espátulas “contacto más cercano con la superficie”dijo Tobias Weidne, químico de la Universidad Danesa de Aarhus y coautor del estudio, citado en un comunicado de prensa del NIST y reproducido por la revista. buena mañana. El conjunto “puede ayudar a los geckos a adherirse a las superficies mojadas”De acuerdo con él.
Los investigadores ahora están considerando aplicaciones para este descubrimiento en la vida cotidiana. ¿Qué tal unas botas que no resbalen sobre suelo mojado o guantes que puedan sujetar herramientas mojadas? Sin embargo, aún se necesitan más estudios para conocer con exactitud la utilidad de esta película lipídica.
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