Este pueblo de menos de 560 habitantes y situado a 879 metros sobre el nivel del mar, está muy orgulloso de su patrimonio. Cada año, hay representaciones teatrales, danzas medievales o talleres de escritura. También hay serpentinas de la Edad Media que adornan los edificios mientras nos vestimos de época para volver, por unos días, al siglo XV.
Desde escritorio en la imprenta
Este pequeño incunable recoge las reformas impulsadas por el obispo Juan Arias Dávila y discutidas por abades, priores de monasterios, sacerdotes y clérigos de Segovia. Junto a los hombres de Iglesia se encontraban también representantes del Cabildo, órganos de administración de los municipios, o incluso representantes de las poblaciones y de la institución monárquica.
Entre las reformas, encontramos la prohibición de que los clérigos porten armas -salvo autorización expresa-, la formación obligatoria en Estudios Generales para quienes no supieran recitar el “Padre Nuestro” en latín, o incluso un imperativo de vestimenta: decoro, sin anillos de seda ni de oro. No hay signos evidentes, por lo tanto.
Durante el festival, breves piezas recrean los diferentes momentos de este sínodo español, así como el encuentro entre Arias Dávila y el maestro impresor Juan Párix. Fue el obispo quien le llamó tras conocer el nuevo invento, gracias a sus contactos en Roma. En la ciudad italiana se instalaron muchos impresores alemanes de la época. Esta Parroquia instaló posteriormente su taller en la ciudad de Segovia.
Detenido durante el período de la pandemia, los organizadores decidieron sumar este año una gira musical con escenas sinodales, un concurso de teatro en el que participan varias compañías de la provincia y hasta una “batalla” de rap.
Para dar cuenta de la revolución de la imprenta en la civilización europea, la historiadora del arte Silvia Olmos también recreó el “scriptorium” de Juan Arias Dávila. La oportunidad para que los pequeños escribas principiantes descubran este laborioso trabajo monástico de concentración, paciencia y autocontrol.
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La Asociación CulturalSínodo de Aguilafuentey sus aproximadamente 300 socios trabajan para hacer de esta fiesta un reclamo turístico en España. Una necesidad para el pueblo que sufre, según la agencia española de noticias EFE, los males de la ruralidad: la pérdida de su población, que pasó de 800 censados en 2003 a menos de 557 hoy, o incluso de sus servicios públicos.
Créditos: Catedral de Segovia
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