El muro antiinmigrante estadounidense en la frontera con México también se interpone en el camino de la vida animal. Defensores ambientales de ambos países están uniendo fuerzas para restaurar un “corredor único de biodiversidad” a ambos lados del muro erigido como una barrera absoluta por Donald Trump.
Están trabajando arduamente en un área desértica en las fronteras del desierto de Sonora y Arizona.
Leones de montaña
“Es una de las partes más importantes de los Estados Unidos para preservar debido a su corredor de vida silvestre”, dice el estadounidense Valer Clark. “Tienes osos, leones de montaña”.
“Tenemos presencia de jaguares en esta zona”, continúa José Manuel Pérez, responsable de la filial mexicana de la ONG cuenca los ojoscuyas cámaras de vigilancia captaron los movimientos del gran felino.
“Y también la mayor diversidad de especies de abejas del mundo”, completa el ingeniero agrónomo.
El objetivo de la ONG binacional: restaurar y preservar este “corredor único de biodiversidad” que se extiende por el territorio de ambos países.
Un corredor minado por el muro fronterizo levantado en 1994 por Estados Unidos para protegerse de los migrantes mexicanos y centroamericanos, reforzado bajo la presidencia de Donald Trump (2017-2021).
familia de jabalíes
“El muro de 10 metros de altura está presente en prácticamente todo el estado de Arizona. Esto afecta mucho las migraciones (animales) de norte a sur y de sur a norte”, dice el mexicano José Manuel Pérez.
Cita el ejemplo de una familia de jabalíes “que intentó cruzar el muro fronterizo durante cinco horas”. El jabalí dependía de “agua que había en Estados Unidos” y de un “hábitat restaurado del lado mexicano”.
Aunque se declara “apolítica”, la ONG pide “la remoción o modificación” de los tramos del muro fronterizo que “afectan más a la vida silvestre”.
Cuenca los Ojos también quiere “la restauración de todos los ríos” que cruzan los dos países para “evitar la erosión y degradación de las tierras a lo largo del muro fronterizo”.
Han pasado más de 40 años desde que el neoyorquino Valer Clark se mudó a una granja en el suroeste de Arizona.
“Me impresionaron los amplios espacios abiertos”, recuerda el fundador de cuenca los ojos.
“Hace 25-30 años era un lugar totalmente diferente”, continúa la estadounidense, que no quiere decir su edad. “La gente solía cruzar la frontera para visitar a su abuela o almorzar en los Estados Unidos y luego regresar”.
La filial americana de la ONG asegura haber protegido 49.000 hectáreas de tierra y construido más de 1.000 vertederos para “frenar la erosión y captar agua” de las lluvias, además de proporcionar hábitat a más “90 especies de mamíferos, 40 reptiles, 10 especies de anfibios, y 10 peces”.
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