Ganador del Rally de España el pasado fin de semana en Cataluña, Sébastien Ogier ofreció simultáneamente el título de constructores a Toyota. El sexto de la compañía japonesa.
Impulsado por el impulso, el Gapençais celebró este doble éxito con donuts (vueltas contra sí mismo, nota del editor) antes de subir al podio. Lo que no agradó en absoluto a los comisarios del WRC.
Este último citó primero al director del equipo de Sébastien Ogier, Kaj Lindström, antes de imponer una multa de 1.500 euros al piloto francés porque: “según el artículo 34.1.3 del Reglamento Deportivo FIA WRC 2022, “la conducción de demostración solo se puede producir cuando el reglamento particular del rally lo permite”. Este no fue el caso aquí, ni en la regulación complementaria, ni en el boletín. Este comportamiento considerado por los auxiliares de vuelo como ‘pilotaje de demostración’ representó, en este caso, un acto peligroso”, informa automovilismo con.
En defensa de su piloto, Lindström argumentó que su piloto creía que estaba en un área de demostración. Sin éxito, Sébastien Ogier tenía derecho a una amonestación y un anuncio.
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