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España celebra 20 años de su peor tragedia medioambiental. El naufragio del petrolero Prestige frente a las costas de Galicia, en el noroeste peninsular, ha ensuciado 170 kilómetros de litoral al derramar unas 63.000 toneladas de fuel oil y ha desencadenado una movilización ciudadana sin precedentes para salvar la fauna marina y limpiar las costas. Un desastre que queda grabado en la memoria.
Con nuestro corresponsal en Madrid🇧🇷 Diana Cambón
🇧🇷 Nunca Pero. 🇧🇷 Nunca más. Esta consigna gallega coreada en manifestaciones y dirigida a las autoridades todavía resuena para todos los españoles dos décadas después del más trágico de los desastres ecológicos. Nadie ha olvidado la gestión de esta crisis por parte del gobierno de José María Aznar que, durante varios días, se negó a reconocer la existencia de un vertido de petróleo.
El ejecutivo conservador de la época fue muy criticado por decidir alejar el barco cuando ya estaba perdiendo combustible. El derrame de petróleo se extendió por cientos de kilómetros. Durante semanas, miles de voluntarios de todo el país han limpiado playas de este aceite pegajoso, llamado “chapapote”, lavando a mano a miles de aves cubiertas de esta pasta negra.
Un juicio tiene lugar diez años después, solo el capitán fue condenado a 2 años de prisión por delitos ambientales. También se han tomado varias decisiones para mejorar la seguridad de los barcos que transportan productos tóxicos, pero el riesgo de nuevos derrames de petróleo siempre es posible.
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