Es una práctica llamada“odioso” pelaje Naciones Unidas, pero que Francia y los países europeos tienen dificultades para frenar: la exportación de plaguicidas cuyo uso está prohibido en la Unión Europea (UE) por su peligrosidad para la salud o el medio ambiente.
Pionera, Francia se convirtió, el 1 deejem Enero de 2022, primer país en prohibir este controvertido comercio en su territorio. Sin embargo, a casi un año de la entrada en vigor de la ley, continúa exportando masivamente plaguicidas prohibidos. Entre enero y septiembre se enviaron más de 7.400 toneladas de sustancias ultratóxicas principalmente a Brasil, pero también a Ucrania, Rusia, México, India y Argelia.
Fungicidas, herbicidas, insecticidas: las autoridades francesas aprobaron un total de 155 solicitudes de autorización correspondientes a una quincena de moléculas prohibidas, según datos recopilados por la asociación suiza Public Eye and Unearthed, la unidad de investigación de la rama británica de Greenpeace.
El informe, publicado el miércoles 30 de noviembre y al que El mundo tuvo acceso, destaca las fallas en la legislación. La principal está en la propia ley. La prohibición, prevista en ley alimentaria promulgada en 2018, se aplica a los productos fitosanitarios “envase” sustancias no autorizadas en Europa, pero no a las propias sustancias activas. Además, los fabricantes pueden continuar legalmente exportando productos prohibidos en su forma pura. Y no dudan.
Así, se autorizó a la empresa estadounidense Corteva a exportar unas 3.000 toneladas de picoxistrobina, un fungicida prohibido en Europa desde 2017 principalmente por su potencial genotóxico. Primer destino, Brasil y sus cultivos de soja, donde las exportaciones francesas representan alrededor del 85% del volumen de picoxistrobina utilizado cada año. Un negocio lucrativo porque, según estimaciones del analista financiero S&P Global, las ventas del fungicida aportan a Corteva 260 millones de euros anuales.
Otro defecto aparece en un decreto de aplicación de la ley🇧🇷 Publicado el 23 de marzo de 2022, introduce una excepción: los plaguicidas cuya autorización haya expirado sin haber sido objeto de una prohibición formal a nivel europeo o cuyos fabricantes no hayan presentado solicitudes de renovación podrán seguir exportándose. El texto predice “períodos libres”. Estos deben ser fijados por ordenanza conjunta de los ministerios responsables de la agricultura y el medio ambiente, “sobre la base de la evaluación del impacto de la medida de prohibición”🇧🇷 especifica el decreto. Ocho meses después, el decreto aún no ha sido publicado. El será ” Pronto “estamos asegurados en el Ministerio de Transición Ecológica.
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