DUBAI: La persona promedio pasa casi un tercio de su vida durmiendo, una función biológica necesaria que permite que nuestros cuerpos descansen y se recuperen, respaldan una buena salud mental, reponen nuestro sistema inmunológico y regulan nuestro metabolismo.
Sin embargo, una de las quejas más comunes entre personas de todos los ámbitos de la vida es una sensación persistente de fatiga y la impresión de que no estamos durmiendo lo suficiente, lo que nos impide concentrarnos, controlar nuestras emociones, combatir enfermedades o regular nuestro apetito.
Durante décadas, los estudios del sueño han confirmado la creciente prevalencia de trastornos del sueño que amenazan la salud y la calidad de vida de al menos el 45 % de la población mundial.
En el Día Mundial del Sueño, que se celebra el 17 de marzo de cada año, los expertos destacan la importancia de dormir al menos entre siete y ocho horas por noche. Este año, las campañas de concientización sobre la salud del sueño se organizan bajo el lema “El sueño es esencial para la salud”.
La ansiedad, el tiempo excesivo frente a la pantalla y, más recientemente, las secuelas de la pandemia de coronavirus se han citado como causas comunes de trastornos del sueño y noches de insomnio.
Racha Mahmoud, jefa de la unidad de neumología y sueño del Grupo de Hospitales Almana en Arabia Saudita, dijo noticias árabes: “Alrededor del 40% de la población en el Medio Oriente sufre de trastornos del sueño, siendo el síndrome de apnea obstructiva del sueño (AOS) el trastorno más común”.
Un estudio sobre la prevalencia y carga global del SAOS, publicado en junio por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, mostró que aproximadamente mil millones de personas en todo el mundo están afectadas por este trastorno del sueño, con una prevalencia superior al 50% en algunos países.
El SAOS se produce cuando los músculos de la garganta se relajan de forma intermitente y bloquean las vías respiratorias durante el sueño, obstruyendo la respiración normal durante unos 10 segundos antes de que la persona se despierte repentinamente.
“Los síntomas de este trastorno incluyen ronquidos, somnolencia diurna excesiva y dolores de cabeza matutinos”, explicó Mahmoud.
En Arabia Saudita, los problemas para dormir parecen mucho más serios que en muchos otros países.
Según un informe de 2015 de la aplicación móvil Sleep Cycle, Arabia Saudita ocupa el segundo lugar, detrás de Japón, en la lista de los cinco peores países del mundo en promedio de horas de sueño.
El Saudi Medical Journal confirmó que la corta duración del sueño por noche es común en Arabia Saudita y afecta a uno de cada tres adultos saudíes.
“Varios factores afectan la calidad y la duración del sueño, empezando por la ansiedad y las enfermedades relacionadas con el sedentarismo”, añadió Mahmoud.
Los trabajos específicos que requieren jornadas largas o no fijas y turnos de noche son otro factor que afecta la calidad del sueño saudí.
Mahmoud declaró: “El tiempo de pantalla alto, ya sea en las redes sociales o incluso en los juegos, también puede afectar la calidad del sueño, lo que lleva a varios trastornos del sueño”.
El Reino ocupa el tercer lugar en el mundo en uso de teléfonos inteligentes, con 24,2 millones de usuarios, casi el 75% de la población usa teléfonos inteligentes y más del 95% usa Internet.
Vishwanath Gowraiah, jefe de medicina pediátrica del sueño en el Hospital Danat al-Emarat en Abu Dhabi, dijo noticias árabes“A nivel mundial, estamos viendo un aumento en los trastornos del sueño debido a varios cambios en el estilo de vida.
“Esto ha tenido un impacto en la calidad y la cantidad de sueño que tienen las personas”.
Mencionó que los trastornos del sueño pueden afectar a los niños pequeños desde el nacimiento y persistir hasta la mitad de la infancia y más allá.
Estos trastornos incluyen SAOS, parasomnias como rechinar los dientes y sonambulismo, terrores nocturnos, despertares confusos conocidos como “ebriedad del sueño” y pesadillas, así como el síndrome de fase de sueño retrasado (SRPS), que a menudo se observa en adolescentes.
En cuanto a los adultos, a menudo sufren trastornos del sueño como el SAOS relacionado con la obesidad, el insomnio, la narcolepsia, que provoca mucho sueño durante el día, los trastornos del sueño relacionados con el trabajo por turnos y los trastornos del sueño.
Gowraiah dijo: “El sueño permite que el cuerpo tome medidas reparadoras para ayudarnos a sentirnos mejor, más alertas, con más energía y más despiertos.
“El sueño nos ayuda a realizar nuestras tareas diarias y nos protege frente a posibles desencadenantes de trastornos mentales. Le permite al cuerpo llevar a cabo un mantenimiento vital para reparar y regenerar tejidos, construir huesos y músculos, mientras restaura el sistema inmunológico”, agregó.
“El sueño nos ayuda a realizar nuestras tareas diarias y nos protege contra posibles desencadenantes de la salud mental. Le permite al cuerpo llevar a cabo un mantenimiento vital para reparar y regenerar tejidos, construir huesos y músculos, mientras restaura el sistema inmunológico”, agregó.
De hecho, se ha demostrado que el sueño profundo promueve la liberación de hormonas de crecimiento, repara daños en el cuerpo y permite que varios sistemas se curen.
La falta de sueño, a su vez, afecta todo, desde la memoria, el aprendizaje y el rendimiento hasta el apetito y la capacidad de pensar con claridad.
“Si una persona tiene una falta de sueño crónica, incluso puede experimentar problemas neurológicos, como cambios de humor y alucinaciones”, aconsejó Gowraiah.
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