BUDAPEST: El parlamento húngaro, dominado por el partido del primer ministro nacionalista Viktor Orban, ratificó el lunes la membresía de Finlandia en la OTAN después de meses de postergación, acercando al país nórdico a la Alianza Atlántica.
Una gran mayoría de parlamentarios (182 de 199 escaños) aprobaron la entrada de Helsinki en la Organización del Tratado del Atlántico Norte, mientras que el caso de Suecia, según el partido gobernante Fidesz, se discutirá “más adelante”.
En un tuit, la primera ministra finlandesa, Sanna Marin, agradeció a Hungría por el voto “claro”, pero pidió que se trajera a Estocolmo rápidamente para “fortalecer la seguridad de toda la alianza”.
“Es de interés para todos que Suecia también se convierta en miembro de la OTAN antes de la cumbre de Vilnius” en julio, escribió.
Entre los 30 miembros de la organización, 28 países (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, etc.) ya han ratificado la membresía de los dos países.
Con la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, Finlandia y Suecia decidieron pasar página a su política militar de no alineamiento vigente desde la década de 1990, heredada de décadas de neutralidad forzada o elegida, pidiendo ingresar en la OTAN en mayo de 2022.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dio luz verde a mediados de marzo a Finlandia, que comparte la frontera europea más larga (1.340 km) con Rusia, por detrás de Ucrania. La votación en el Parlamento podría tener lugar pronto.
La situación es más delicada para el vecino sueco, que aún se enfrenta a las objeciones de Ankara.
Turquía acusa en particular a Suecia de ser refugio de militantes “terroristas” kurdos y de rechazar las extradiciones, que de hecho decide la justicia sueca.
Enlaces a Putin
Estocolmo también está preocupada por el retraso en Budapest, a pesar del apoyo oficialmente demostrado por parte del gobierno de Orban.
La semana pasada, el jefe de gabinete del primer ministro húngaro, Gergely Gulyas, dijo que había “buenas posibilidades” de que la votación sobre Suecia se llevara a cabo durante la sesión de primavera del parlamento, que finaliza el 15 de junio.
Pero el partido Fidesz está dando largas. Ha denunciado repetidamente las “mentiras” difundidas por los políticos suecos sobre el estado de derecho en Hungría, mientras que las organizaciones internacionales acusan regularmente a Viktor Orban de “desviación autoritaria”.
Para la oposición húngara, este retraso “sirve a los intereses” del presidente ruso Vladimir Putin, con quien Orban quiere mantener relaciones, dijo este lunes en el hemiciclo el electo Ferenc Gerencser.
Otro motivo de preocupación por parte sueca es que Hungría está utilizando la membresía en la Alianza Atlántica como moneda de cambio en su batalla con la Unión Europea.
Bruselas congela actualmente miles de millones de euros en fondos destinados a Budapest a la espera de reformas para abordar mejor la corrupción.
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