Desde enero de 2022, tres personas han perdido la vida allí después de operaciones cosméticas fallidas. Detrás de estas víctimas se esconde todo un sistema de clínicas clandestinas y médicos no calificados que mutilan a los pacientes.
Por Quentin Duval
contraristina espera pacientemente su operación, acostada en una cama de cuero sintético azul en la Clínica Plástica de Culiacán. Esta mujer de 48 años sufre de un músculo pectoral desgarrado. Su implante mamario se mueve de manera anormal y la molesta durante ciertos movimientos. Hace un año y medio, esta madre fue operada en una clínica de Mazatlán, la segunda ciudad más grande del estado, por un médico que no está acreditado en cirugía estética. “El lugar inmediatamente me pareció clandestino”, dice hoy. Sin embargo, Cristina se quedó: los atractivos precios del cirujano la convencieron. Pero a los pocos días de la operación, sintió un dolor intenso en el seno derecho: “Era insoportable, se sentía como si fuera a estallar. Regreso a Mazatlán para cirugía de emergencia. El dolor no la abandonó.
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