“Estimados ladrones, vinieron a visitar mi apartamento la noche del 24 al 25 de junio, antes de las 2 am, en la Rue Édouard Escalier, en Angoulême. Quería escribirte porque entraste en mi intimidad sin conocer mi historial. Perdí a mi madre hace dos años. Perdí a la persona más querida para mí, la que me dio la vida.
Hoy, solo ella me importa. Así que quédate con mis zapatos, quédate con mi PlayStation, quédate con mi iPhone, quédate con mi scooter, quédate con mi perfume y quédate con el resto de mis joyas. Pero por favor devuélveme esta joya que perteneció a mi madre. Ella lo cargó hasta su último aliento.
Solo te ruego que me devuelvas cuáles son mis últimos recuerdos de ella.
Esta cadena de oro contenía una cruz de plata, una pepita de oro y también un corazón de oro que le regalé por el día de la madre. Así como mi cadena de oro con una piedra de jade que me regaló mi padre cuando nací. Lo usé todos los días.
También tengo en la computadora que rompiste todas las fotos mías de mi madre. Las únicas imágenes que me quedan de su presencia desde que era un bebé. En esta computadora también estaban todos mis cursos, y todos mis apoyos que tengo que trabajar para sacar mi examen de bachillerato, lo que me permitiría, prioritariamente, enorgullecerla. Desde entonces no tengo nada.
Enriquécete con lo que me robaste, pero solo te pido que me devuelvas lo que fue de ella y cuáles son mis últimos recuerdos con ella.”
(1) Para responder a la joven, puede enviar sus mensajes a [email protected]
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