Organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS), han desaconsejado el uso de edulcorantes debido a los riesgos para la salud que conllevan. En una nueva directriz publicada recientemente, la OMS recomienda no utilizar edulcorantes como método para controlar el peso y reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles.
Mientras que en Estados Unidos se permiten varios sustitutos del azúcar, en la Unión Europea existen aún más opciones disponibles. Sin embargo, el consumo de azúcar y edulcorantes está asociado a enfermedades cardiovasculares como la diabetes y la obesidad.
Una revisión exhaustiva de evidencias científicas ha demostrado que los edulcorantes no ayudan a adelgazar y, al contrario, aumentan el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Además, los edulcorantes artificiales pueden causar disrupciones en el sistema endocrino, lo que aumenta el riesgo de sufrir diabetes y síndrome metabólico.
Estos sustitutos del azúcar también generan alteraciones en la sensación de saciedad, la microbiota intestinal y la secreción de insulina. Por lo tanto, aunque aún se necesita más evidencia, se recomienda limitar o evitar el consumo de edulcorantes artificiales en la dieta.
Ante esta situación, los científicos hacen un llamado a regular el consumo de edulcorantes y adaptar la legislación para minimizar su impacto en la salud de las personas. Es importante tomar conciencia sobre los riesgos que suponen estos productos y tomar medidas para reducir su consumo.
En resumen, diversas organizaciones como la OMS advierten sobre los peligros para la salud asociados al consumo de edulcorantes. El uso de estos sustitutos del azúcar no ayuda a adelgazar y puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes tipo 2. Por tanto, se recomienda limitar o evitar su consumo y regular su comercialización para proteger la salud de la población.
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