La Comisión Europea proporcionará una ayuda de 850 millones de euros a Francia para respaldar el proyecto de ArcelorMittal en la planta de Dunkerque, con el objetivo de reducir su producción de acero. Esta ayuda financiera se destinará a la construcción de una planta de reducción directa y dos hornos de arco eléctrico, que reemplazarán a los hornos existentes. La planta utilizará fuentes de energía renovable o de bajo carbono como el hidrógeno renovable, el biogás y la electricidad. Se espera que esta instalación comience a operar en 2026 y produzca 4 millones de toneladas de acero líquido bajo en carbono anualmente, evitando la emisión de aproximadamente 70 millones de toneladas de dióxido de carbono durante su vida útil.
Alemania también recibirá ayuda de la Comisión Europea, en este caso 550 millones de euros, para ayudar a ThyssenKrupp Steel Europe a descarbonizar su producción de acero en la planta de Duisburgo. Esta subvención se utilizará para construir una planta de reducción directa y dos unidades de fusión, que reemplazarán a un alto horno existente. La nueva planta utilizará hidrógeno renovable en lugar de gas natural, eliminando gradualmente su uso hasta que funcione exclusivamente con hidrógeno renovable en 2037. Se espera que estas nuevas instalaciones comiencen a operar en 2026 y produzcan 2,3 millones de toneladas de metal caliente al año, evitando la emisión de más de 58 millones de toneladas de dióxido de carbono durante su vida útil.
Estas ayudas de la Comisión Europea reflejan el compromiso de la Unión Europea por impulsar la transición hacia una industria del acero más sostenible y con menores emisiones de carbono. La reducción de la producción de acero con tecnologías más limpias y el uso de energías renovables contribuirán a la mitigación del cambio climático y a la protección del medio ambiente. Además, estas inversiones también tienen como objetivo fortalecer la competitividad de las empresas europeas en el mercado global, al fomentar la innovación y la modernización de sus procesos industriales. Con estos avances, Francia y Alemania se posicionan como líderes en la lucha contra el cambio climático en la industria del acero.
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