La princesa Kalina de Bulgaria se ha negado a someterse a una prueba de alcoholemia después de chocar su todoterreno contra una barrera de aparcamiento. Según la medición del aire espirado, se detectaron 1,5 gramos de alcohol por litro, un nivel considerado delito según el Código Penal búlgaro. Esto podría conllevar penas de cárcel y la confiscación de su automóvil.
El automóvil en cuestión ha sido entregado a las autoridades como prueba física, y varios medios afirman que la princesa conducía en estado de embriaguez, aunque afortunadamente no hubo heridos. Sin embargo, su esposo ha negado que estuviera ebria y ha acusado a los medios de exagerar la situación.
La Policía ha confirmado los detalles del accidente y ha revelado la identidad de la conductora, confirmando que se trata de la princesa Kalina. Aunque no se han especificado las razones de su estancia en Bulgaria, es importante señalar que en Borovetz se encuentra el palacio Tsarska Bistritsa, una residencia de la familia real búlgara.
Este incidente ha generado un gran revuelo en el país, ya que la princesa Kalina es miembro de la familia real búlgara y se esperaba que se adhiriera a un comportamiento ejemplar. Ahora, enfrenta posibles consecuencias legales debido a su presunta conducción bajo los efectos del alcohol.
En los próximos días se espera que se lleven a cabo investigaciones adicionales sobre el caso, mientras aumenta la presión pública para que la princesa Kalina asuma la responsabilidad de sus acciones. Los medios de comunicación seguirán muy de cerca este caso, ya que involucra a una figura prominente en la sociedad búlgara.
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