El Banco de España informa que la proporción de hipotecas que superan el 62.2% del valor de la vivienda es cada vez menos común, alcanzando su nivel más bajo desde el verano de 2015. Esta tendencia se debe a las subidas de los tipos de interés a partir de 2022, lo que ha llevado a la banca a ser más cautelosa en la concesión de préstamos hipotecarios.
Tanto tasadoras como agencias inmobiliarias atribuyen esta disminución al aumento de la incertidumbre económica y al encarecimiento de los préstamos. En consecuencia, el número de préstamos que financian más del 80% del valor de las viviendas ha alcanzado su nivel más bajo en la serie histórica.
Los bancos están adoptando una postura más selectiva a la hora de conceder financiación con el objetivo de reducir el riesgo de insolvencia. Según la Asociación Española de Banca, el 60% de la financiación de los bancos en España se destina a las familias, de las cuales un 44% corresponde a préstamos hipotecarios.
El Banco de España establece que el comprador de una vivienda no debería destinar más del 30% de sus ingresos mensuales al pago de la hipoteca. Sin embargo, en la actualidad, el volumen de ingresos que las familias destinan a la compra de vivienda se aleja peligrosamente de este límite recomendado.
Además, el tipo medio de interés de los nuevos préstamos hipotecarios ha aumentado significativamente, lo que ha llevado a un mayor esfuerzo teórico para pagar la hipoteca. A corto plazo, se espera que esta proporción siga en aumento y que los bancos sean más exigentes en cuanto a las condiciones laborales de los clientes para la concesión de créditos inmobiliarios.
En resumen, el Banco de España revela que es menos común que las hipotecas superen el 62.2% del valor de la vivienda, debido a las subidas de los tipos de interés. Las tasadoras y agencias inmobiliarias atribuyen esta caída al aumento de la incertidumbre económica y al encarecimiento de los préstamos. Los bancos están adoptando una actitud más prudente en la concesión de financiación y se espera un aumento en la exigencia de las condiciones laborales para obtener préstamos hipotecarios.
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