Ana Obregón ha disfrutado de la primera fiesta en la que su nieta Ana Sandra Lequio ha sido la protagonista. La familia ha acudido a la iglesia de Nuestra Señora de La Moraleja para celebrar el bautizo de la nieta. Desde el nacimiento de Ana Sandra, Ana Obregón ha recuperado la sonrisa y las ganas de vivir.
El nacimiento de la nieta a través de gestación subrogada generó controversia en la sociedad, pero para Ana Obregón lo más importante es el amor y la felicidad que tiene gracias a esta niña. Para la ocasión, Ana vistió colores pastel y más coloridos, dejando a un lado los colores apagados que solía llevar en estos momentos.
El look elegido por Ana recordaba al de Jacqueline Kennedy, con un rosa palo y una diadema ancha. La orgullosa abuela también quiso que el look de su nieta estuviera combinado con el suyo, demostrando el amor y la complicidad que siente hacia ella.
Además, la nieta utilizó el faldón que su padre había usado en su propio bautizo hace 30 años, creando así un lazo especial entre las generaciones de la familia. Esta tradición familiar añadió un toque de emotividad a la ceremonia y demostró la importancia de los lazos familiares para Ana Obregón.
El bautizo de Ana Sandra Lequio fue un evento lleno de alegría y amor, en el que Ana Obregón pudo disfrutar y celebrar junto a su familia este momento especial. A pesar de todas las dificultades y controversias, la llegada de esta niña ha traído una nueva luz a la vida de Ana Obregón, quien encuentra en su nieta una razón más para sonreír y vivir plenamente.
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