Ramón Espinar, político y colaborador de La Roca, ha expresado su descontento frente a las declaraciones realizadas por el vicepresidente de la Junta de Castilla y León hacia los productores de cine.
En su crítica, Espinar resalta que la cultura no solo tiene la función de entretener, sino también de anticiparse a problemas que puedan surgir en la sociedad. Destaca que la industria cinematográfica es una parte vital de la cultura y que los trabajadores en ella son mayoría precaria, razón por la cual no merecen ser catalogados como “señoritos”.
Además, se enfoca en el hecho de que el vicepresidente de la Junta de Castilla y León tuvo una educación privada, tanto en su etapa escolar como universitaria, y es conocido por su afición a la equitación. Esto lleva a cuestionar la autoridad que tiene este señor para dirigirse de manera despectiva hacia los trabajadores de la industria del cine.
Finalmente, Espinar concluye que, en realidad, el verdadero “señorito” en la gala de los premios Goya era el propio vicepresidente, quien mostró una actitud arrogante y despectiva. Esta actitud demuestra una falta de empatía hacia los trabajadores, quienes contribuyen de manera significativa al desarrollo cultural y económico del país.
Con estas declaraciones de Ramón Espinar, se plantea una reflexión sobre el trato a los trabajadores de la industria del cine y se pone en tela de juicio la autoridad y la actitud de los representantes políticos frente a la cultura. Es importante valorar el trabajo de quienes dedican su vida a crear contenido artístico y reconocer la importancia de la cultura en nuestra sociedad.
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