El cuerpo de Alexei Navalny, líder de la disidencia rusa fallecido en prisión, ha sido entregado a su madre, tras una polémica desatada por las autoridades que querían enterrarlo en la cárcel donde murió. El equipo de Navalny denunció este intento y la portavoz Kira Yarmysh expresó su incertidumbre sobre si se permitirá un funeral público.
A pesar de la presión policial, se han registrado muestras de duelo en Moscú y San Petersburgo, donde seguidores de Navalny se reunieron para expresar su tristeza y solidaridad. Sin embargo, la viuda de Navalny acusó al presidente ruso Vladimir Putin de “torturar” el cadáver de su esposo, generando aún más indignación y dolor entre la población.
Los aliados de Navalny han instado a seguir luchando por la democracia y la justicia en Rusia, pero no descartan obstáculos para celebrar un funeral adecuado. A pesar de la represión y la intimidación, los seguidores de Navalny están determinados a honrar su memoria y continuar la lucha contra el régimen autoritario de Putin.
La muerte de Navalny ha despertado una ola de indignación y protestas en Rusia y en todo el mundo, con líderes internacionales condenando su trágica muerte y exigiendo una investigación transparente. Mientras tanto, la familia y los seguidores de Navalny se preparan para rendirle un último adiós, enfrentándose a la adversidad y la injusticia con determinación y valentía.
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