El primer ministro holandés cedió. Mark Rutte anunció el viernes 15 de enero su renuncia y la de su gobierno, sumido en un escándalo de la administración tributaria que acusó injustamente a miles de padres de fraude en las asignaciones familiares.
Mark Rutte, uno de los líderes más antiguos de Europa, dijo que resolvería los asuntos en curso hasta las elecciones de marzo, para no interrumpir la lucha contra la pandemia de coronavirus. “El estado de derecho debe proteger a sus ciudadanos de un gobierno todopoderoso. Falló horriblemente, dijo Mark Rutte en una conferencia de prensa. Se cometieron errores que resultaron en una gran injusticia cometida contra miles de padres. “
Miles de familias fueron acusadas injustamente de prestaciones familiares fraudulentas antes de verse obligadas a reembolsarlas, en algunos casos decenas de miles de euros. Una situación que dejó a algunas familias en serios problemas económicos. Algunos también han sido sometidos a perfiles étnicos. Algunas personas abuchearon a Mark Rutte cuando dejó la sede del gobierno después de anunciar su renuncia.
Según encuestas recientes, su partido liberal-conservador (VVD) aún podría volver a ser el primer partido después de las elecciones parlamentarias del 17 de marzo, y la opinión pública sigue apoyando en gran medida la gestión de la crisis sanitaria. “Nuestra lucha contra el coronavirus continúa”, aseguró Mark Rutte, agregando que su renuncia al gobierno “haría todo lo necesario en interés del país”.
El político de 53 años, que ha encabezado su tercer gobierno de coalición desde que llegó al poder en 2010, se enfrentaba a una presión cada vez mayor, y su gabinete corría el riesgo de un posible voto de censura en el parlamento la próxima semana. Según estimaciones de los medios holandeses, este escándalo de las prestaciones por hijos afectó a unos 26.000 padres.
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