Una derrota en el primer torneo es históricamente sinónimo de fracaso en la final, como para RFA (1982), Argentina (1990) e Italia (1994). Pero en 2010, España logró revertir la historia. En Sudáfrica, La Roja perdió desde el inicio ante Suiza (1-0) antes de llegar a la final y vencer a Holanda (1-0 ap). Entre estos dos partidos, los españoles ya habían conseguido salir primeros de su grupo pese a haber ganado a Honduras (2-0) y luego a Chile (2-1), antes de eliminar a Portugal (1-0) en octavos de final, el Paraguay (1-0) en cuartos de final, luego Alemania (1-0) en semifinales. Tres Mundiales después, Argentina se hundió para entrar en la disputa de Qatar, el 22 de noviembre, ante Arabia Saudita (2 a 1). Pero luego se hizo más fuerte.
Aun así, la actuación de Alviceleste contradice las estadísticas: si excluimos las ediciones que abrieron con eliminatorias, el futuro campeón del Mundo ganó su primer partido 16 veces de 19, con dos empates y una derrota, por tanto, de cara a la final del domingo. En 1966, Inglaterra había empatado en casa con Uruguay (0-0) en el debut, lo que no impidió 19 días después de conquistar el primer -y por ahora único- título mundial por delante de Alemania Occidental (4-2 ap). En 1982, Italia también fue enganchada por Polonia (0-0) antes de sufrir dos empates más en la primera fase de grupos, ante Perú (1-1) y Camerún (1-1). La Nazionale, sin embargo, llegó a la final de Madrid, donde venció a Alemania, que por su parte había empezado muy mal este Mundial de España con una derrota ante Argelia (2-1).
En las dos primeras coronaciones, en 1978 y 1986, Argentina había ganado su primer partido, respectivamente ante Hungría (2 a 1) y Corea del Sur (3 a 1). En 1990, en el Mundial de Italia, los compañeros de Maradona, vigente campeón, fueron derrotados ante la sorpresa de todos por Camerún (1-0). Pero Argentina terminó entre los cuatro primeros de la fase de grupos, lo que le permitió jugar una victoria de octavos de final contra Brasil (1-0). En cuartos de final eliminó a Yugoslavia (0-0, 3-2 en los penaltis) antes de despedir a Italia en casa (1-1, 4-3 en los penaltis). Pero falla en la final, con derrota al final del partido (1-0) por penalti de Andreas Brehme, ante Alemania. En 1994, en Estados Unidos, Italia, dominada por Irlanda (1-0) para entrar en la carrera, también alcanzó los octavos de final in extremis. Perdió en la final contra Brasil en los penaltis tras un empate sin goles.