Atelier Luma, un laboratorio para potenciar la flora y los minerales desatendidos

¿Por qué no utilizar los recursos naturales circundantes hasta ahora sin desarrollar en la construcción y el diseño artístico de Luma? En 2016, Atelier Luma nació de este tema de economía circular, un laboratorio de investigación ubicado en los terrenos de la Fundación Maja Hoffmann en Arles. Allí trabajan unas veinte personas: científicos, ingenieros, diseñadores … que investigan la Provenza para mapear su flora y geología con el fin de encontrar nuevos usos para especies vegetales y minerales desatendidas.

Las plantas invasoras están a la vista, en particular el agave, que invadió la costa mediterránea en detrimento de la flora local. Los servicios del Parque Nacional Calanques extraen toneladas de ellos cada año y terminan en el centro de reciclaje. Un buen negocio para el departamento textil de Ateliers, que recoge las hojas, las seca y extrae fibras preciosas, finas y resistentes, conocidas desde hace siglos en México. Con otras plantas exóticas, sus equipos crearon pigmentos, pinturas, ceras, resinas y otras colas naturales utilizadas en la fabricación de textiles y materiales compuestos. El artista Rirkrit Tiravanija, por ejemplo, colaboró ​​con el tapiz de Atelier Luma y Aubusson para diseñar una pieza donde se cruza un saber hacer centenario, con lana de Arles merinos y tonos naturales de plantas invasoras de la Camarga.

Participa en la transformación del territorio

Las algas locales son otra fuente valiosa para los equipos de investigación de Luma. Para ellos se encontraron diversos puntos de venta, que van desde la creación de diferentes tipos de bioplásticos, por los que los Talleres recibieron el Premio Nuevo Material, hasta los tintes textiles. Para La Tour, la arquitectura totémica de Luma, el equipo también inyectó 30.000 baldosas basadas en estos biopolímeros de algas y produjo una variedad de revestimientos de paredes en tela tejida con «hilo de algas», el nombre que se le da a este nuevo material. “Atelier Luma quiere co-desarrollar usos innovadores de recursos y formas de impulsar actividades en la bio-región utilizando el diseño como herramienta de transición”, explica Mathieu Ménard, diseñador de prototipos y gerente de taller.

Con sal, abundante y fundamental para el ecosistema del territorio, los investigadores reflexionaron así sobre otras aplicaciones en el campo del diseño y la arquitectura, examinando sus propiedades materiales a través de técnicas como la impresión 3D, el prensado y la cristalización. “El resultado de este trabajo permitió utilizar elementos salinos en contextos inesperados: en La Tour, la sal se utiliza en las paredes, tanto en paneles cristalizados como, en asociación con el hormigón, como revestimiento con texturas negras y blancas evocadoras que corren en los techos y en los pasillos ”, continúa el ingeniero. Puede que esté surgiendo un nuevo punto de venta, más satisfactorio que el condimento alimentario, para los salineros de Camargue.

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