El Gobierno de Pedro Sánchez aplaza hasta la próxima legislatura el debate sobre la creación de un sistema de pago en las carreteras españolas. Un proyecto que, sin embargo, debería ver la luz en los próximos años y acabar con la libre entrada, considerada insostenible a largo plazo.
El fin de los peajes en casi todas las carreteras españolas es la medida emblemática puesta en marcha por el Gobierno socialista de turno en España hace un año. Excelente noticia para los usuarios que, desde entonces, no han tenido que meter la mano en la billetera para transitar por las carreteras del país. Pero rápidamente, se señalaron muchas consecuencias negativas de esta decisión, en particular por parte de los actores públicos: más tráfico, por lo tanto, más atascos y accidentes. La AP-7, que une Cataluña con Francia, ha visto incrementado su uso en un 40% por parte de los vehículos privados y en más del 80% por parte de los vehículos pesados.
Gratis, pero probablemente no por mucho tiempo
Financiación del Estado y la Generalitat de Cataluña, con más de 1.100 millones de euros dedicados anualmente al mantenimiento de estas carreteras. España es, por tanto, uno de los únicos países europeos que opera de esta forma, disponiendo la gran mayoría del resto de Estados de peajes automáticos donde todos los usuarios participan en la financiación de las autopistas. Por lo tanto, varios actores políticos están pidiendo el establecimiento de un sistema de pago estandarizado en todo el país. Una posibilidad que estudia el Ministerio de Transportescon la próxima presentación de un proyecto claro antes de que finalice el próximo año.
” El sistema actual no es sostenible, hay que avanzar hacia un modelo armonizado a nivel español y europeo que permita la financiación de carreteras de alta capacidad dijo Ricard Font, ex presidente de la red ferroviaria de la Generalitat de Catalunya. Actualmente se están estudiando varias posibilidades, entre ellas la creación de un sistema en el que paguen más los que más contaminan. Las cámaras se encargarían entonces de leer la matrícula del vehículo, que contendría la información necesaria para su identificación. La tarjeta bancaria del conductor asociada con el dispositivo también permitiría un pago más rápido. Una política medioambiental que ahora parece estar ganando cada vez más países europeos, y quizás España en un futuro.
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