Dragon’s Dogma 2, la nueva entrega de la esperada saga de Capcom, ha dejado a muchos jugadores decepcionados. A pesar de prometer grandes mejoras y avances en comparación con su predecesor, el juego ha resultado ser una completa desilusión.
Uno de los principales problemas que ha enfrentado Dragon’s Dogma 2 es su falta de optimización. Incluso con potentes tarjetas gráficas como la GeForce RTX 4090, el juego no logra mantener una tasa de 60 FPS estables en resolución 4K. Además, se han reportado graves problemas de stuttering y rendimiento, atribuidos a un deficiente uso de la CPU.
Capcom ha reconocido públicamente los problemas y ha asegurado que está trabajando en encontrar soluciones para mejorar la experiencia de juego. Sin embargo, la compañía no ha ofrecido fechas concretas para la implementación de estas mejoras.
Las críticas en la plataforma de Steam no se han hecho esperar, con la mayoría de los usuarios manifestando su descontento por las microtransacciones presentes en el juego y la dificultad para comenzar una nueva partida. Incluso con procesadores de alta gama, como los de 16 núcleos y 32 hilos, los problemas persisten, lo que ha provocado un cuello de botella en la jugabilidad.
A pesar de las promesas de Capcom de abordar los problemas, los jugadores se muestran escépticos ante la falta de soluciones claras y cambios en la base del juego. Con la comunidad de jugadores cada vez más crítica, será interesante ver cómo la compañía japonesa logra revertir esta situación y recuperar la confianza de sus seguidores.
