El volumen de ingresos destinado a la compra de viviendas está en su nivel más alto en los últimos 10 años, según datos del Banco de España. Al cierre del segundo trimestre de 2023, los hogares soportaban un esfuerzo teórico anual del 38,9%, la cifra más alta desde finales de 2011. Se recomienda que la tasa de esfuerzo no supere el 30% de los ingresos, pero ha empezado a alejarse de esta frontera desde el tercer trimestre de 2022.
Uno de los factores que ha contribuido a este aumento es el tipo de interés de los nuevos préstamos de vivienda, que ha aumentado significativamente, alcanzando el 3,9% en el segundo trimestre de 2022. Este incremento ha llevado al aumento de la tasa de esfuerzo, ya que la compra de vivienda está asociada al precio y al costo de la financiación.
Se espera que el indicador siga aumentando en el corto plazo debido a la subida de tipos de interés, y es probable que supere el 40% en los próximos meses. A pesar de esta situación complicada, las cifras actuales no son tan dramáticas como en la crisis financiera de 2008. Además, el número de años necesarios para costear una vivienda ha disminuido ligeramente en los últimos meses, aunque se espera una mayor divergencia entre este indicador y el esfuerzo teórico en el corto plazo.
Los expertos señalan que el mercado inmobiliario podría reactivarse si se frena el encarecimiento de la financiación una vez que el Banco Central Europeo ponga fin a la subida de tipos. Aunque la accesibilidad a la vivienda se seguirá restringiendo en los próximos meses, sigue habiendo una gran demanda.
Por otro lado, la renta bruta disponible de los hogares está creciendo gradualmente, lo que disminuye el número de años necesarios para costear una vivienda. Sin embargo, se espera una mayor mejoría en el esfuerzo teórico en comparación con el número de años.
En resumen, el esfuerzo económico de las familias para adquirir vivienda está en máximos de los últimos 10 años, debido al aumento de los tipos de interés y los costos de financiación. Se espera que esta tendencia continúe en los próximos meses, lo que afectará la accesibilidad a la vivienda en el corto plazo. Sin embargo, se espera que el mercado inmobiliario se reactive si se frena el encarecimiento de la financiación.
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