Tres investigadoras de la Universidad de Twente han llevado a cabo un estudio sobre los efectos de mentir en nuestra autoestima, el cual ha revelado resultados interesantes. Según el famoso test de autoestima de Morris Rosenberg, se encontró una disminución en la autoestima de aquellos que mienten con frecuencia.
Además, otras investigaciones han señalado que la mentira está asociada con una peor salud mental y un aumento de la ansiedad. Parece que algunas personas pueden justificar sus mentiras y no sentir culpa por ellas, lo cual puede tener graves consecuencias para su bienestar emocional.
Por otro lado, está comprobado que las mentiras constantes pueden llevar a un aumento de la ansiedad y el estrés. Sin embargo, también se ha descubierto que la mentira puede reducir el estrés, ya que se ha observado una disminución en la actividad de la amígdala en aquellos que mienten.
Es importante destacar que algunos mentirosos reincidentes pueden sentir menos miedo a ser descubiertos a medida que continúan mintiendo sin consecuencias. Esto puede ser especialmente cierto en personas con rasgos psicopáticos, quienes pueden mentir sin sentir angustia o vergüenza.
Además, se ha encontrado una estrecha relación entre la mentira y la culpa, especialmente en aquellas personas que han experimentado episodios de abandono en el pasado. Esta retroalimentación negativa entre la mentira y la culpa puede convertirse en un círculo vicioso que empeora el malestar emocional.
En resumen, mentir no solo afecta negativamente nuestra autoestima, sino que también puede tener repercusiones en nuestra salud mental y emocional. Es importante ser conscientes de los efectos perjudiciales de la mentira y trabajar en cultivar una comunicación honesta y sincera en nuestras relaciones.
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