La guerra en Gaza está lejos de terminar, según el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Netanyahu afirma que es necesario aplicar presión militar para lograr la liberación de los más de cien rehenes que aún están en manos de Hamás. A pesar de los intentos de Egipto por mediar un acuerdo entre Israel y Hamás, los esfuerzos han fracasado.
Tanto Hamás como la Yihad Islámica han rechazado una propuesta de alto al fuego y liberación de prisioneros palestinos. En cambio, los intermediarios proponen un “diálogo nacional palestino” y la formación de un gobierno tecnocrático en Cisjordania y Gaza.
Ante esta situación, Israel está considerando deportar a los líderes extremistas a Catar u otro país. Mientras tanto, 129 personas permanecen secuestradas en Gaza y Netanyahu afirma que los mandos militares han pedido más tiempo para liberar a los rehenes.
Hamás, por su parte, afirma que está en vías de superar a las Fuerzas de Defensa de Israel y que no se someterá a las condiciones de ocupación impuestas. Sin embargo, la ofensiva de Israel ha sido criticada por las Naciones Unidas por obstaculizar la distribución de ayuda humanitaria en Gaza.
La asistencia al territorio asediado llega a cuentagotas a través de Egipto y el puesto fronterizo de Kerem Shalom. A pesar de los esfuerzos internacionales, parece que la guerra en Gaza aún está lejos de llegar a su fin.
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