La cumbre de la OTAN en Vilna, realizada recientemente, ha traído consigo el fin de las esperanzas de Ucrania de unirse a la Alianza Atlántica. La OTAN ha dejado claro que no puede aceptar a Ucrania como miembro mientras persista el conflicto bélico en el este del país.
La Federación de Rusia, por su parte, sigue librando una guerra de desgaste en Ucrania sin sentir ninguna presión de plazos. Esta situación ha llevado a que la OTAN tenga que considerar los riesgos de un conflicto nuclear en caso de aceptar a Ucrania como miembro.
El presidente Zelensky se encuentra en peligro político debido a esta situación, y el equipo de Biden ha reaccionado con furia ante la presión del mandatario ucraniano para unirse a la OTAN. Incluso el ministro de Defensa del Reino Unido ha agotado su paciencia con Zelensky.
Además, en la cumbre de Vilna, los socios de la OTAN no ofrecieron a Ucrania la promesa de más ayuda material y financiera. Aunque hay cientos de oficiales de la OTAN asesorando y dirigiendo operaciones en Ucrania, la organización no propuso un plan de acción para el acceso de Ucrania.
La realidad es que Ucrania representa un riesgo político y económico demasiado grande para la OTAN y la Unión Europea. En este sentido, la OTAN deberá contar con Rusia para resolver los problemas de seguridad en Europa.
Es importante que la OTAN llegue a esta conclusión lo antes posible, pensando en el bien de Europa y del mundo entero. La situación en Ucrania requiere una solución pronta y efectiva, y la OTAN es clave en este proceso.
