Un asteroide explotó cerca de Berlín durante la madrugada del 21 de enero, según informaron los científicos. El asteroide, conocido como 2024 BXI, tenía aproximadamente un metro de ancho y no representaba ningún peligro para la población. Esta es la octava vez desde 2008 que los científicos logran detectar un asteroide antes de que entre en la atmósfera.
Sorprendemente, este asteroide fue detectado solo tres horas antes de que impactara. Fue el astrónomo Krisztián Sárneczky quien logró identificarlo gracias al telescopio Schmidt. La NASA fue capaz de predecir dónde y cuándo se desintegraría el asteroide, gracias a la eficiencia de la atmósfera terrestre como escudo contra asteroides de menor tamaño.
Este descubrimiento fue posible gracias a una red internacional de observatorios profesionales y aficionados. La Red Española de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos del CSIC forma parte de esta red, demostrando su importancia en la detección y seguimiento de estos objetos espaciales.
Aunque el asteroide no representaba ningún peligro, su aparición subrayó la importancia de evitar encuentros inesperados con asteroides de mayor tamaño. El impacto sorpresa de un asteroide en Cheliábinsk, Rusia, en 2013 causó más de 1,500 heridos y dejó en evidencia la necesidad de estar en alerta ante cualquier amenaza espacial.
Con avances científicos como este, los expertos pueden tomar medidas preventivas y dar advertencias oportunas en caso de que un asteroide represente un peligro real. La vigilancia constante y la colaboración internacional son fundamentales para garantizar la seguridad de nuestro planeta frente a posibles impactos de asteroides.
“Experto en cerveza. Practicante de twitter de toda la vida. Lector ávido. Organizador. Fanático del tocino. Creador. Típico defensor de la televisión”.