Los mexicanos redescubren su tradición de recordar a los difuntos. Miles de personas, muchas disfrazadas, asistieron al centro de la ciudad de México en el desfile del Día de Muertos, una protesta que fue suspendida el año pasado debido a la
COVID-19.
Bajo el sol abrasador, mexicanos y turistas extranjeros se transformaron en calaveras o figuras aterradoras, muchas de ellas vestidas con coloridos trajes, adornados con flores y macabros accesorios. Este festival, inscrito en el Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad deLa UNESCO, se suele celebrar del 31 de octubre al 2 de noviembre.
“El año pasado quise ir, pero fue cancelado. Ahora estamos aprovechando la oportunidad ”, dice Yadira Altamirano, de 38 años, una mexicana que ha vivido desde pequeña en California, En los Estados Unidos. Vestida con un vestido negro con estampado de flores y maquillaje en “Catrina”, la representación cadavérica de una dama de la alta sociedad mexicana de finales del siglo XIX, Altamirano es una entusiasta participante de la tradición del Día de Muertos: “Soy la única de mi familia que todavía levanta su altar, su ofrenda, y siempre cenamos el 2 de noviembre a la medianoche ”.
Cuidadores destacados
El desfile partió del Zócalo, la plaza principal de la capital, donde la secretaria de Turismo local, Paola Félix, dedicó el evento a los equipos médicos en primera línea de combate a la pandemia, así como a todos los fallecidos. COVID-19. los México, con 126 millones de habitantes, es el cuarto país más afectado por el coronavirus, con 288,276 muertes, incluidas 39,851 en la Ciudad de México. La conmemoración del Día de Muertos fue posible este año porque el proceso de vacunación llegó al 83% de los adultos mexicanos.
En esta ocasión, la famosa Plaza Tolsa de la Ciudad de México rinde homenaje este año a las víctimas de la pandemia Covid-19. Una “oferta conmemorativa” fue inaugurada el viernes por iniciativa de las autoridades mexicanas en esta plaza ubicada en el centro histórico de la ciudad. Junto a los coloridos altares tradicionales del Día de Muertos con los que los mexicanos recuerdan a sus seres queridos fallecidos, con sus flores brillantes, sus pequeños esqueletos y sus ofrendas, se encuentra la trágica sobriedad del muro negro con sus cientos de pequeños corazones de metal blanco, flores y fotos.
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