En la región china de Xinjiang, más de un millón de musulmanes, en su mayoría de etnia uigur, están detenidos en lo que Beijing describe como “centros de formación profesional”.
China ha anunciado la ratificación de un tratado de extradición con Turquía, un texto que Pekín quiere utilizar en particular para acelerar el regreso de ciertos musulmanes uigures sospechosos de “terrorismo” y refugiados en Turquía.
Incluso si el parlamento turco aún no ha ratificado este acuerdo bilateral firmado en 2017, la iniciativa debería causar preocupación entre la gran diáspora uigur (estimada en 50.000 personas) presente en Turquía.
Turquía tiene vínculos lingüísticos y culturales con los uigures, musulmanes que hablan turco. Ankara ha sido durante mucho tiempo uno de los principales defensores de su causa en el escenario internacional, antes de ser más discreto.
Política de máxima vigilancia uigur
China se ha embarcado en una política de máxima vigilancia de los uigures en su región noroccidental de Xinjiang después de numerosos ataques mortales contra civiles. Beijing acusa al movimiento separatista e islámico uigur.
Según expertos extranjeros, las autoridades chinas han internado al menos a un millón de personas, incluidos los uigures, en “campos”. Beijing habla de “centros de formación profesional” diseñados para ayudar a la población a encontrar trabajo y así alejarla del extremismo.
Creyéndose víctimas de persecución, algunos uigures huyeron a Turquía.
“El Comité Permanente del Congreso Nacional del Pueblo ha ratificado” el “tratado de extradición chino-turco”, dijo el parlamento chino en un breve comunicado el sábado por la noche en su sitio web.
Un tratado que “causará pánico entre los uigures que huyeron de China”
Sin embargo, el texto prevé varias razones para la denegación.
En particular, si el Estado al que se presenta la solicitud de extradición la considera vinculada a un “delito político”, si el interesado es uno de sus ciudadanos o si goza del derecho al “asilo”.
“Este tratado de extradición causará pánico entre los uigures que han huido de China y aún no tienen la ciudadanía turca”, dijo a la AFP Dilxat Raxit, portavoz del Congreso Mundial Uigur, una organización exiliada con sede en Turquía. Alemania.
“Pedimos al gobierno turco (…) que evite que este tratado se convierta en un instrumento de persecución”, dijo, garantizando que Pekín está ejerciendo presión económica sobre Turquía para que ratifique el tratado.
Ergodan elogió la política en Xinjiang
El tema es delicado para Ankara, porque los turcos son generalmente sensibles a la causa uigur. Los artículos de prensa que acusan a Turquía de haber expulsado discretamente a los uigures a China han provocado protestas en la opinión pública.
Turquía es el único país con mayoría musulmana que denuncia públicamente el trato a los uigures. El canciller turco lo calificó a principios de 2019 de “vergüenza para la humanidad”.
Sin embargo, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, elogió la política de China en Xinjiang el año pasado y consideró a la gente “feliz”, según los comentarios publicados por la agencia oficial China New.
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