“Es urgente actuar”. Expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) entregaron este martes 6 de septiembre su informe sobre la situación en la central nuclear de Zaporijjia, ocupada desde hace seis meses por las fuerzas rusas. La misión de expertos in situ duró unos días. Al llegar el jueves, la mayor parte del equipo internacional salió de la fábrica al día siguiente. El lunes partieron otros cuatro especialistas y se espera que dos más se queden allí de manera permanente. Previo a la publicación del informe, el jefe de la OIEA, Rafael Grossi, dijo que “integridad física” de la infraestructura de la planta fue “violado repetidamente”.
Los expertos piden una burbuja de seguridad
“La situación actual es insostenible”escribe el organismo de la ONU en este documento de 52 páginas (PDF, en inglés), que enumera siete pilares para mejorar la situación de la planta, ubicada en la ciudad de Energodar, en el sur de Ucrania. El primer punto especifica que “Se debe mantener la integridad física de las instalaciones, ya sean reactores, depósitos de combustible o vertederos de desechos radiactivos”.. El OIEA también afirma haber encontrado “la presencia de militares, vehículos y equipos rusos en varios lugares del sitio”. En respuesta, Vladimir Putin nos asegura el miércoles que “no hay equipo militar en el territorio de esta fábrica”.
Por lo tanto, el OIEA solicita “el establecimiento inmediato de una zona de seguridad y protección nuclear” alrededor de la ubicación. El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, que lleva varias semanas clamando por el establecimiento de una zona desmilitarizada, acoge con cautela esta propuesta porque la agencia no menciona específicamente la desmilitarización del sitio. “Si el contenido de esta propuesta es desmilitarizar el territorio de la central nuclear (…) entonces podemos apoyar esta zona de protección desmilitarizada”, él declaró. El informe también recomienda crear “medidas de preparación y respuesta ante emergencias” radiológico
Un llamado a detener los bombardeos
En su informe, la OIEA insiste en que cesen los bombardeos en el lugar y sus alrededores “inmediatamente para evitar causar más daños a las instalaciones”. Durante seis meses y el comienzo de la ocupación rusa, Moscú y Kyiv se acusaron mutuamente de bombardear la planta. Pocas horas después de la entrega del informe, el alcalde en el exilio de Energodar, Dmytro Orlov, acusó a Moscú de haber vuelto a bombardear la ciudad.
Por su parte, el Kremlin lamentó las conclusiones del informe sobre este tema de los ataques. “El OIEA hizo la vista gorda ante la situación con el bombardeo de la planta nuclear por parte de Ucrania (…) No hay un solo llamamiento para que la parte ucraniana ponga fin a su terrorismo nuclear”, comentó Vladimir Rogov, miembro de la administración de ocupación prorrusa en la región de Zaporizhia, citado por la agencia Ria Novosti. “Para mantener la integridad de la central nuclear, es necesario acordar no la simple creación de una zona de protección, sino el establecimiento de un alto el fuego”más tarde le dijo a Tass.
Empleados bajo presión
A pesar de la ocupación rusa, la fábrica sigue siendo operada por empleados ucranianos. pero trabajan en “circunstancias muy difíciles”, vinculado a la presencia de soldados rusos en el complejo. Al lugar también fueron enviados especialistas del grupo ruso Rosatom, “lo que puede dar lugar a posibles interferencias y fricciones en el proceso de toma de decisiones”según el OIEA.
El equipo, estimado en 900 personas (frente a 1.230 en tiempos normales), está “bajo estrés constante”, insiste el informe. Rafael Grossi sentenciado “cualquier acto violento cometido contra los empleados”, en o cerca del sitio. Una conclusión bien recibida por el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, para quien la mención “la presencia de equipo militar ruso en el recinto” es de “la presión ejercida allí sobre nuestros empleados” Está “una cosa buena”.
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