Dos satélites estuvieron a punto de chocar el pasado 28 de febrero, causando temor en la comunidad internacional. El satélite ruso Cosmos 2221 se acercó peligrosamente al satélite Timed de la NASA, pasando a tan solo diez metros de distancia. A pesar de que la NASA estaba supervisando la situación en colaboración con el Departamento de Defensa, la cercanía del acercamiento fue mucho más estrecha de lo esperado.
Si los satélites hubieran chocado, habrían generado escombros y fragmentos a gran velocidad, poniendo en peligro vidas humanas. Afortunadamente, se logró evitar el síndrome de Kessler, una reacción en cadena hipotética que ocurre cuando dos objetos en órbita colisionan, gracias a la gran cantidad de satélites en la órbita baja terrestre.
Ante la creciente preocupación por estos incidentes, se están proponiendo medidas para mitigar este problema, como la eliminación controlada de desechos, el diseño de naves espaciales más resistentes y una regulación más estricta sobre el lanzamiento de satélites. La preocupación por incidentes de este tipo ha aumentado debido al crecimiento de desechos y objetos en órbita en los últimos años.
En un momento en el que la exploración espacial y la utilización de satélites son fundamentales para la comunicación y la investigación científica, es crucial abordar este problema para garantizar la seguridad en el espacio. Se espera que con la implementación de medidas preventivas, se pueda evitar futuros incidentes de este tipo y proteger la órbita terrestre de la acumulación de desechos espaciales.