Tabaco, camiones, autoridades fiscales. A priori, no hay puntos en común entre estas tres palabras. Sin embargo, hay uno: el verbo “rodar” encarnado en la persona de un gallardo octogenario alemán. Este hombre de 84 años es sospechoso de haber vendido, entre 2017 y finales de 2020, 40 toneladas de tabaco de liar comprado en Luxemburgo y enviado en camión a Gran Bretaña e Irlanda para su reventa, rodando en el pasillo del impuesto alemán. autoridades. Este “abuelo traficante”, así apodado por algunos medios alemanes, sería la logística de un sector desmantelado por la fiscalía de Lörrach y por la aduana de Stuttgart, según revela el diario Süddeutsche Zeitung.
Pérdida fiscal estimada en 2,8 millones de euros
El sistema era sencillo. Este residente del sur de Baden-Württemberg (suroeste de Alemania) obtuvo su tabaco de liar a mano en Luxemburgo, donde los precios son más bajos. Gracias a las conexiones en una empresa de transporte, el octogenario habría organizado la entrega de colosales cantidades de este producto a Gran Bretaña e Irlanda vía Alemania, donde la red escapaba de los impuestos falsificando el etiquetado del tabaco u ocultándolo entre otros bienes. Una jugosa combinación para los delincuentes, una gran desventaja para el gobierno. Sabiendo que en Alemania el impuesto sobre este tabaco es de 70 euros el kilo, los traficantes infligieron una pérdida fiscal en este país estimada en 2,8 millones de euros. La cifra sería aún mayor en Gran Bretaña.
De hecho, los delincuentes parecen haberse aprovechado de las disparidades fiscales en los países de la Unión Europea. Hay mínimos, votados en 2011, pero no hay un impuesto uniforme al tabaco. Esto promueve el tráfico entre países con tarifas bajas y aquellos con tarifas más altas. El abuelo logístico ya había sido, según medios alemanes, revisado e interceptado en Francia en septiembre de 2020 con 800 kg de tabaco de liar. Este producto también atrae a los distribuidores. En España, por ejemplo, explotó su contrabando. Se ofrece en las redes sociales y se envía por correo. En 2020, 4 t. Estamos lejos del volumen atribuido al octogenario alemán, cómplice de 59 años y de este sector, que aseguraba sus transacciones escondiendo el dinero en piezas de máquina herramienta.
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