El deterioro de las pequeñas y medianas empresas se está acelerando, según los últimos datos económicos. La productividad ha disminuido un 0,7% en el cuarto trimestre de 2023, situándose por debajo de los niveles de 2015. Además, las ventas y el empleo están creciendo a un ritmo más lento, lo que está acentuando la desaceleración en el sector.
Los costes laborales continúan aumentando a tasas superiores al 5%, con un incremento del 5,3%. A pesar de esto, las pymes siguen contratando más personal. Sin embargo, la situación financiera de las pymes se ha visto empeorada debido a la falta de crecimiento en los nuevos créditos y al aumento de los tipos de interés.
Por otro lado, la facturación se ha ralentizado durante cinco trimestres consecutivos, mostrando un crecimiento del 3,5%. El endeudamiento total de las pymes ha disminuido, con una ratio del 82,3%, la más baja desde 1999. Sin embargo, el esfuerzo financiero vinculado a la deuda comercial ha aumentado un 50,1% en el cuarto trimestre, llegando a 2.630 millones de euros, la cifra más alta en casi 15 años.
En resumen, las pymes están experimentando una situación complicada, con una disminución en la productividad, un aumento en los costes laborales y un estancamiento en la facturación. A pesar de esto, siguen aumentando las plantillas, lo que puede suponer un riesgo si la situación económica no mejora pronto. La falta de acceso al crédito y el aumento de los tipos de interés están empeorando aún más la situación financiera de las empresas.
