Imagine una corriente de 400.000 voltios pasando poco más de un metro bajo sus pies. Esto es lo que deben experimentar los habitantes de cinco municipios de las Landas. Sus ciudades se encuentran en la ruta del proyecto de interconexión eléctrica entre Francia y España. Algunos protestan contra esta línea eléctrica.
Conectar las redes eléctricas de Francia y España, para intercambiar más energía. Esta es la promesa del proyecto RTE, en el Golfo de Vizcaya, en un recorrido de 400 km. Líneas de muy alta tensión enterradas en el mar, con un pequeño desvío subterráneo. 5.000 MW de energía transportada, equivalente al consumo de 5 millones de hogares. Algunos residentes están preocupados por el medio ambiente y su salud. La futura línea de interconexión discurrirá desde la estación de Cubnezais en Gironda hasta la estación de Gatika en España. Para evitar el Gouf de Capbreton, un desfiladero submarino muy profundo, los cables eléctricos deberán cruzar cinco municipios de las Landas: Seignosse, Soorts-Hossegor, Angresse, Benesse-Marenne, Capbreton.
Para enterrar las líneas bajo tierra, habría que talar 1,5 hectáreas de bosque, principalmente para cavar trincheras, como en un bosque muy concurrido donde los residentes corren y andan en bicicleta. Para un colectivo de vecinos, la decisión se tomó, dicen, “desafiando el medio ambiente”. La futura línea de metro de muy alta tensión, prevista para 2027, pasará cerca de campings, vías ciclistas y, en ocasiones, a menos de 100 metros de las viviendas.
EN EL Capbreton, una pareja compró una finca y un terreno para establecer una granja hace tres años. En ese momento no sabían nada del proyecto, no sabían que la línea pasaría muy cerca de su terreno. ¿Los campos magnéticos generados por líneas de muy alto voltaje tienen efectos en los humanos? Buscado, el director del proyecto RTE precisó que el riesgo era teórico, con campos magnéticos mucho más potentes. Pero el peligro aquí sería inexistente para la población.