El satélite Gaia, cartógrafo de la Vía Láctea

El satélite Gaia, cartógrafo de la Vía Láctea

NarrativoEl satélite lanzado en 2013 acaba de entregar a la comunidad científica una primera versión de un mapa tridimensional de aproximadamente el 1% de la Vía Láctea. Un gran avance en astrometría.

Es la altura desde la que se abraza el paisaje. El árbol que domina el bosque… La tercera entrega de la misión de astrometría espacial Gaia marca un nuevo punto de inflexión en el estudio de la composición, formación y evolución de nuestra galaxia.

Este satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA), lanzado en 2013, analiza sistemáticamente la luz de los objetos más brillantes del cielo para producir un mapa tridimensional de aproximadamente el 1% de la Vía Láctea. El 13 de junio dio un paso decisivo al entregar la primera versión completa de su catálogo a la comunidad científica. En total, 1.800 millones de estrellas y millones de otros cuerpos, de los que pudo identificar, no solo la ubicación en la bóveda celeste y la distancia, sino también, para un cierto número de ellas, la velocidad o las propiedades físicas.

Lea también: Artículo reservado para nuestros suscriptores Espacio: «La misión Gaia es más productiva que el Telescopio Espacial Hubble»

Tal estudio supera con creces en importancia todo lo que se ha hecho en el campo de la astrometría, la rama de la astronomía dedicada a medir la posición y el movimiento de las estrellas. «El inventario anterior, el de la misión Hipparcos de la ESA entre 1989 y 1993, apenas cubría 120.000 de los 200.000 millones de estrellas de nuestra galaxia»recuerda François Mignard, responsable científico de Gaia França.

READ  Este minero de criptomonedas es el motivo de preocupación del jugador

También es un verdadero tour de force. Para poder posicionar objetos en la bóveda celeste con una precisión de 7 a 30 microsegundos de arco, equivalente al ángulo en el que se vería el grosor de un cabello a 1.000 kilómetros, Gaia, un satélite diseñado y fabricado bajo la autoridad contratante de Astrium (el antiguo nombre de la rama de sistemas espaciales de Airbus-DS), exploró el cielo con sus dos telescopios conectados a una serie de detectores CCD ultrasensibles durante treinta y cuatro meses.

Durante este período, analizó con sus tres instrumentos -astronómico, espectrofotométrico y espectroscópico- nada menos que setenta veces la luz de cada fuente, recogiendo una cantidad de información del orden de varios petabytes, única en la historia de la astronomía. Una vez en la Tierra, esta enorme cantidad de datos sin procesar, comparable solo a la producida (en un solo año) por los experimentos de física de partículas del LHC en el CERN en Ginebra, se procesó en seis centros de computación, incluido el ubicado en el Centro Nacional para el Espacio. Estudios (CNES) en Toulouse; luego clasificado, desmontado y formateado dentro de un consorcio europeo que reúne a 430 científicos, incluidos cien franceses.

Tienes el 83,4% de este artículo para leer. Lo siguiente es solo para suscriptores.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *