El yoga se ha convertido en una actividad popular en nuestras sociedades occidentales. Más allá de la moda, los científicos están interesados en los beneficios para la salud, tanto física como mental, que parece traer la práctica regular. Marc Toutain y Anne-Lise Marais, investigadores de la Universidad de Caen Normandía, detallan los beneficios del yoga sobre el cerebro y su posible interés para reducir el estrés y los síntomas depresivos de la ansiedad.
Durante la última década, la yoga se ha puesto de moda, como lo demuestra la multiplicación de sus variantes, más o menos fantasiosas, o la creación, en 2015, de un Día Internacional del Yoga (21 de junio). A esta disciplina se le atribuyen muchos beneficios, y los trabajos científicos han buscado evaluar sus efectos sobre la salud, así como su capacidad para mejorar la situación de pacientes que padecen diversas patologías, como lumbalgia, cáncer o problemas cardíacos, por ejemplo. Las consecuencias de la práctica del yoga se han estudiado no solo en la población general, sino también en poblaciones específicas: adolescentes, personas con trastornos mentales, etc.
Los resultados parecen indicar que hacer yoga en realidad produce diferentes efectos positivos en la salud física. Esta práctica mejora notablemente el equilibrio y la flexibilidad, además de fortalecer los músculos y el corazón. El yoga también puede tener un efecto beneficioso sobre el sistema inmunológico y ser interesante en el manejo del dolor.
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¿Qué pasa con la salud mental? Ahora sabemos que para estos últimos la práctica de actividad física es beneficiosa. El yoga no es una excepción. Incluso tiene un efecto directo en el cerebro. Explicaciones.
El yoga mejora la actividad cerebral
El yoga tiene la particularidad, frente a otros tipos de actividad física, de combinar secuencias de movimiento con ejercicios de control de la respiración y regulación de la atención. En un metanálisis reciente, es decir, un análisis estadístico de los datos publicados en la literatura científica (un “análisis de análisis”), los investigadores chinos diseccionaron los resultados de 15 publicaciones científicas que estudiaron los efectos del yoga, así como las prácticas correspondientes. • tipo de actividad física “cuerpo-mente” (tai-chi-chuan o taiji, qi gong, baduanjin, wuqinxi, etc.). En estos diversos artículos, los investigadores utilizaron imágenes por resonancia magnética (IRM) para observar los efectos del yoga en el cerebro.
El análisis de todos los resultados de estos diferentes estudios muestra varias mejoras en los practicantes de estas actividades cuerpo-mente, entre las cuales un aumento en el tamaño de ciertas áreas del cerebro así como su actividad. Estas alteraciones se producen principalmente en la corteza prefrontal, el hipocampo, el lóbulo temporal, la ínsula y la corteza cingulada, estructuras implicadas esencialmente en la regulación emocional, la memoria y el autocontrol. Los investigadores también observaron una mejor conectividad funcional en redes cerebrales de alto nivel, como el control cognitivo (regulación de la atención, inhibición, memoria de trabajo, etc.) y el modo predeterminado (red de pensamientos y emociones propias y ajenas).
Otro metanálisis mostró que los cambios cerebrales observados en la resonancia magnética puede estar relacionado con cambios de comportamiento (observado durante evaluaciones psicológicas de practicantes de yoga a través de cuestionarios, observaciones o entrevistas). ¿Cómo afectan estos cambios cerebrales a su vida diaria?
el yoga reduce el estrés
Un metanálisis de 42 estudios analizó el efecto de la práctica del yoga sobre el estrés. El estrés es una respuesta biopsicológica que se traduce principalmente en síntomas fisiológicos, pensamientos negativos y ralentización cognitiva.
El yoga parece contribuir a la reducción del estrés al reducir la cantidad de cortisol, la principal hormona del estrés. Estos resultados todavía necesitan ser calificados y requieren estudios adicionales, en particular con más participantes e intervenciones más prolongadas, para juzgar un efecto a largo plazo del yoga sobre el estrés.
Además de esta modificación hormonal, otros trabajos indican que el yoga tendría un sobre la actividad de la corteza frontal y la corteza parietal del cerebro La corteza frontal está asociada con el autocontrol y el control emocional, mientras que la corteza parietal se encarga de procesar e integrar la información sensorial.
Esto se explicaría por el hecho de que una sesión de yoga está marcada por momentos de meditación en los que los practicantes a menudo deben concentrarse en la respiración, en una parte específica del cuerpo o incluso en lo que sienten en el momento presente. 🇧🇷 Estos momentos de meditación ayudarían a regular mejor la actividad de estas regiones cerebrales, a la vez que se reduciría la actividad asociada a la carga mental o al estrés.
El yoga mejora los síntomas de ansiedad
La ansiedad es un desbordamiento de las capacidades de regulación emocional manifestado por los síntomas que se encuentran en el estrés. Parece ser una preocupación difusa, asociada principalmente a la dificultad para concentrarse y conciliar el sueño. La depresión es un trastorno psiquiátrico caracterizado por una desregulación de las emociones asociada a un sentimiento persistente de tristeza o desesperación, así como a la pérdida de interés y retraimiento en uno mismo. La ansiedad y la depresión están asociadas con un cambio en la actividad de la amígdala, una estructura cerebral particularmente involucrada en las emociones negativas.
Un metanálisis de 27 estudios realizados en niños y adolescentes investigó los efectos del yoga sobre los síntomas depresivos ansiosos. Los participantes son personas típicas o personas con diversas patologías (patología ovárica, patología cardíaca, trastornos digestivos, etc.). Este análisis reveló que el 70% de estos trabajos presentados mejorar la salud mental de los jóvenes después de la práctica del yoga, y más particularmente la ansiedad, y estos resultados están directamente relacionados disminución de la actividad de la amígdala encontrada en adultos practicantes. Aquellos efectos beneficiosos sobre los síntomas de ansiedad-depresión también se han demostrado en adultos y en personas padecer un trastorno ansioso-depresivo🇧🇷
Como los estudios en este campo de investigación aún son recientes, son todavía pocos en número y heterogéneos en sus protocolos. Por lo tanto, es necesario ser cautos en la interpretación de los resultados.
Además, en caso de trastorno ansiodepresivo, la práctica de yoga no reemplaza la atención médica y psicológica. Estos resultados, sin embargo, sugieren que el yoga se puede utilizar no solo como actividad física, sino también para mejorar la salud mental.
El yoga también mejora el rendimiento cognitivo
La práctica del yoga también parece tener un impacto en el rendimiento cognitivo. Un metaanálisis publicado en 2020 y que abarca 13 artículos muestra que, después de las sesiones de yoga, los adultos con o sin deterioro cognitivo presentan mejoras en su rendimiento atencionalmemoria e inhibición.
Estas mejoras pueden estar relacionadas con cambios en el cerebro observado por imágenes cerebrales, en particular el aumento de la cantidad de materia gris en el hipocampo, lóbulo temporal medial, corteza prefrontal, ínsula y corteza cingulada, regiones estrechamente vinculadas al rendimiento cognitivo. Además, el aumento de actividad en las regiones frontales del cerebro es duradero. Sin embargo, los autores de estos trabajos recomiendan más estudios, con muestras más grandes y con protocolos estandarizados (ensayos controlados aleatorizados), para mejorar la cantidad y calidad de los datos disponibles.
Es importante tener en cuenta que las mejoras observadas parecen deberse principalmente a los ejercicios de atención plena y meditación que marcan las sesiones de yoga. Durante las sesiones, el uso de estos ejercicios puede tener un efecto sinérgico esencial. Esto puede significar que para observar los efectos del yoga sobre los síntomas de ansiedad y la cognición, es necesario aprender a dirigir la atención al momento presente y las emociones. Además, otros factores como estar en grupo durante las sesiones y tener interacciones positivas también podrían contribuir a la reducción de los síntomas ansioso-depresivos.
Si quieres practicar yoga y comprobar por ti mismo sus efectos, tienes que responder a una pregunta: ¿cuál elegir? Entre los muchos tipos de yoga que existen, tres aparecen regularmente en los estudios que revisamos: Hatha yoga, Kundalini yoga o Kripalu yoga. Si tuvieras que elegir uno para empezar, probablemente este sea uno de ellos… ¡Solo encuentra una clase cerca de ti!
La versión original de este artículo fue publicada en La conversación🇧🇷
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