De nuestro corresponsal. Este martes por la mañana, las calles de Madrid se convirtieron en una enorme pista de patinaje sobre hielo al aire libre. Después de la ventisca del fin de semana, la capital vive una helada histórica. La alerta roja se disparó en 11 provincias de todo el país, incluida la Comunidad de Madrid.
En la capital, las temperaturas bajaron durante la noche a -14,2 grados, un récord en los últimos 50 años.
Las heladas más intensas de los últimos años
Si la nieve en la mayoría de las carreteras principales se limpió el martes por la mañana, el resto de las calles todavía están intransitables y los viajes son limitados. Las calles siguen estando extremadamente resbaladizas: el resto de la nieve se ha convertido en hielo. Las temperaturas siberianas complican el trabajo de los funcionarios de la ciudad. En cada acera, el paisaje es el mismo: bloques de hielo y ramas de árboles cubren el suelo.
Con más de medio metro de nieve que cayó durante el fin de semana en cuestión de horas, la administración ambiental regional dijo que unos 150.000 árboles en las calles de la ciudad fueron talados por la tormenta. . La capital, generalmente bulliciosa, vive a cámara lenta. Para evitar las manchas de hielo, los peatones caminan lentamente, pero todavía hay muchas caídas.
En la mañana de este lunes, un portavoz del Hospital Gregorio-Marañón, uno de los hospitales más grandes de Madrid, dijo a la agencia de noticias Efe que de los 130 pacientes ingresados en urgencias esa mañana, 85 venían a caer por haber provocado, la mayoría de las veces, fracturas.
Una capital aislada durante varios días
Este fin de semana, la capital quedó aislada del resto del país. Pero el trabajo de la Unidad de Emergencias Militares (UME) permitió retirar la nieve de dos de las cuatro pistas del aeropuerto de Madrid Barajas. La recuperación es paulatina: la noche del lunes, el aeropuerto casi volvió a la normalidad, a pesar de que algunos vuelos aún se pospusieron o cancelaron. También se ha reabierto el enlace ferroviario de alta velocidad entre Madrid y Barcelona.
Pero la red de carreteras sigue bloqueada: de las 598 carreteras afectadas, 116 seguían cortadas debido a la nieve y el hielo, tres días después del paso de la tormenta. Y en la capital, la movilidad sigue siendo difícil: solo 28 de las 200 líneas de autobuses estaban operativas, aunque se ha restablecido la conexión del tren de cercanías.
Para evitar viajar, el lunes por la noche, la región suspendió las clases presenciales en escuelas, colegios, facultades y universidades hasta el 18 de enero. Si la situación se calma paulatinamente, la capital permanece en calma: el tráfico de automóviles es casi inexistente y solo unos pocos coches de policía o ambulancias afrontan el frío y las carreteras del centro de la ciudad.
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