Todas las noches desde junio se presentan cien personas en Don Giovanni de la ópera de Madrid (España). La ciudad mantuvo todos sus salas de espectáculos Abierto. Para ver el programa, cada amante de la música debe pasar primero el detector de temperatura. Todo se analiza en detalle en una tableta que Gracia Toledo, enfermera, sostiene en sus manos: “Si alguien está por encima de 37,5 grados, suena una alarma“
La máscara es obligatoria, hay un sillón libre entre los espectadores y se han instalado luces ultravioleta. Recomendados por los médicos, permiten limpiar la habitación después de una presentación. Los actores se prueban cada semana y deben limitar sus contactos sociales tanto como sea posible. En total se invirtió un millón de euros. El público está tranquilo. “Me siento completamente seguro, tengo la sensación de que se respetan todas las medidas, no lo dudé antes de venir“explica un espectador. “Con la reapertura de cines en junio, la cultura se mantuvo mejor en Madrid que en el resto del país. En España, el sector cultural es uno de los más afectados por la pandemia, con pérdidas de casi mil millones de euros“, informa la periodista Camille Guttin Madrid a las 20.00 horas del miércoles 6 de enero.
El JT
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