INVESTIGACIÓN – Desde el inicio de su mandato, el presidente López Obrador ha seguido encomendando cada vez más misiones de seguridad civil a los militares. Esta relación privilegiada entre el Jefe del Ejecutivo y los cuadros levanta críticas y hace temer una deriva autoritaria en un país con frágiles instituciones democráticas.
En Mexico
A partir del 19 de enero, siete aeropuertos en México, incluido el más grande del país, la Ciudad de México, son monitoreados por la armada nacional. Esta fuerza armada reemplazó a la Guardia Nacional, un organismo de seguridad civil, para garantizar la seguridad de los pasajeros. “Que los militares tomen siete aeropuertos y las terminales 1 y 2 de la Ciudad de México muestra la obsesión de Amlo por militarizar el país. Nos estamos alejando de los derechos humanos y hacia un control que nos debe alertar”, informó la diputada Kenia López Rabadan, del derechista Partido Acción Nacional (PAN). Desde el inicio de su mandato, Andrés Manuel López Obrador -Amlo, por tanto- ha mantenido una relación privilegiada con los jefes de estado mayor de los ejércitos del país. En México, los ejércitos están separados en dos cuerpos distintos, la marina depende del ministerio del mismo nombre y los ejércitos de tierra y aire dependen del de Defensa.
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