“No quería traerla, pero ella insistió” suspira Marie-Carmen García, quien le da la mano a su hija de 9 años el lunes 30 de agosto a la entrada de una escuela en el centro de la Ciudad de México. Como este comerciante de 30 años, más de la mitad de los padres mexicanos rechazan este regreso a la escuela, luego de diecisiete meses de cierre escolar en Covid-19. La iniciativa liderada por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (“AMLO”), también provoca protestas de la facultad en medio de una nueva ola de contagio, en un contexto de explosión de exceso de mortalidad.
Medición de temperatura, gel antibacteriano, uso obligatorio de mascarilla … Las medidas sanitarias parecen rígidas fuera de la escuela primaria, donde la fila de padres e hijos es, sin embargo, escasa. “Solo el 20% de nuestros 300 estudiantes están allí”, dice la directora, Mónica Bermúdez. En los pisos superiores, las aulas están equipadas con dispensadores de gel montados en la pared. Las mesas individuales estaban separadas entre sí. Las ventanas están abiertas.
Las mismas precauciones de salud en todo el país, donde se comparó la asistencia escolar en 32 estados mexicanos. “No apareció ni un solo estudiante”, Lamentó en los medios Eduardo Pérez, director de una escuela primaria en la ciudad de Cuernavaca, en el estado de Morelos (centro). En otros lugares, los funcionarios escolares han acogido con satisfacción la reducción del ausentismo, mientras que más del 60% de los padres de los estudiantes rechazan, según las encuestas, las clases presenciales debido a riesgos para la salud.
O La ola provocada por la variante Delta ha provocado de 6.000 a 20.000 contagios diarios en los últimos días, que se suman a los 3,3 millones de los últimos diecisiete meses. Peor aún, la masacre (más de 258.000 muertes oficiales) podría ser mucho más grave: un informe reciente del Instituto de Estadística revela que el exceso de mortalidad aumentó entre enero de 2020 y marzo de 2021 a 497.476 muertes por todas las causas.
infraestructura en ruinas
“El bienestar de los niños es la prioridad”, repite “AMLO”, que convocó a más de 25 millones de alumnos, desde preescolar hasta secundaria, a volver a la escuela.“Llueve o vende”. Las escuelas fueron las primeras instituciones cerradas, a partir del 23 de marzo de 2020, al comienzo de la pandemia. Dos meses y medio después, las autoridades eliminaron gradualmente la contención de actividades no esenciales de un código regional de cuatro colores: rojo, naranja, amarillo y verde, según el contagio. Pero las 260.000 escuelas públicas y privadas del país nunca han vuelto a abrir, una excepción en América Latina. La mayoría de los estudiantes tuvo que seguir las clases por televisión, en un país donde la mitad de los hogares no tiene una conexión fija a Internet.
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