EN VIVO – Vacunación: 10 millones de franceses recibieron sus dos dosis

TÚNEZ

Atrapada en la crisis social, Túnez intenta salvar lo que se puede salvar de una temporada turística que promete verse perjudicada, una más, por la precaria situación sanitaria. El 29 de abril, el país reabrió sus fronteras a los operadores turísticos, que transportan a la mayoría de los vacacionistas que se quedan en Túnez. Sin embargo, las muertes relacionadas con Covid-19 acababan de alcanzar su punto máximo, y el aumento de las hospitalizaciones aumentó los temores de una escasez de oxígeno, hasta el punto de que el país declaró un nuevo confinamiento de una semana a principios de mayo.

Desde entonces, hasta diez vuelos semanales han aterrizado en el aeropuerto de Enfidha, que sirve a ciudades turísticas como Hammamet y Susa, principalmente de Rusia y Europa del Este. Normalmente marginal en comparación con los contingentes de Europa occidental, esta clientela ya había tirado el salvavidas después de los ataques de 2015 contra el museo Bardo y Susa (60 muertos, incluidos 59 turistas), que pusieron de rodillas a este sector crucial.

Pero todavía estamos lejos de la marca: las ventas totales cayeron un 54% en comparación con el mismo período del año pasado, pero ya marcadas por la pandemia. La diferencia es de más del 60% respecto a 2019, con 144 millones de euros el 10 de mayo, frente a los 404 millones de hace dos años.

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